El tenis enfrenta tensiones mientras los jugadores exigen cambios en medio de un panorama de gobernanza fracturado.

El tenis enfrenta tensiones mientras los jugadores exigen cambios en medio de un panorama de gobernanza fracturado.

Las tensiones aumentan en el tenis a medida que los jugadores expresan preocupaciones sobre la programación y la gobernanza, lo que destaca un panorama fracturado en medio de llamados a la reforma.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes 02.01.2025

A medida que la temporada de tenis 2024 comienza, el panorama profesional del deporte parece cada vez más fracturado, con tensiones en aumento entre jugadores, organismos de gobierno y organizadores de torneos. Esta discordia fue palpable durante las Finales del ATP Tour celebradas en Turín, Italia, donde en una lujosa reunión de hospitalidad, Andrea Gaudenzi, el presidente de la ATP, intentó abordar los problemas de programación y estructurales que afectan al deporte. Mientras Gaudenzi estaba rodeado de invitados corporativos en un entorno adornado con manteles blancos y copas de cristal, a poca distancia, los jugadores estaban relegados a un área de sótano estrecha, equipada solo con instalaciones mínimas para hacer ejercicio. Este marcado contraste entre los tomadores de decisiones y los jugadores resalta la creciente división en el tenis. La joven estrella Carlos Alcaraz encapsuló las frustraciones de los jugadores al expresar su preocupación por el agotador calendario de 11 meses, sugiriendo que podría llevar a un agotamiento físico. Las quejas de los jugadores se centran en gran medida en la reciente expansión de los torneos Masters 1000 de nueve a doce días, lo que reduce sus períodos de descanso tan necesarios. Las regulaciones actuales de la ATP exigen que los jugadores participen en ocho de estos torneos, comprimiendo aún más su calendario. Declaraciones recientes de jugadores destacados como Stefanos Tsitsipas y Alexander Zverev han expresado sentimientos similares, señalando que los formatos de torneos extendidos se han vuelto agotadores y contraproducentes para la salud de los jugadores. Gaudenzi reconoció las dificultades, pero pareció priorizar los aspectos comerciales del deporte, advirtiendo sobre cualquier cambio que pudiera diluir el producto. Sus comentarios sobre la importancia de mantener un producto "premium" en el tenis levantaron cejas entre los jugadores, quienes argumentan que la sostenibilidad del deporte debería tener prioridad sobre consideraciones financieras a corto plazo. La insistencia de Zverev en la necesidad de un tiempo adecuado de recuperación refleja un consenso más amplio entre los jugadores de que la estructura actual es insostenible. Sumando a la complejidad, las organizaciones de tenis están lidiando con una posible reestructuración destinada a simplificar el calendario del deporte. Originalmente denominado 'Premier Tour', la propuesta buscaba consolidar eventos para asegurar la participación de los mejores jugadores, mientras se mejoraban las ventas de entradas y las oportunidades de patrocinio. Sin embargo, esta iniciativa ha enfrentado una significativa resistencia, con los jugadores preocupados por la posible relegación de torneos más pequeños a un estatus de "liga menor". Las fracturas dentro de la gobernanza del tenis se hicieron aún más evidentes durante las discusiones sobre una posible fusión entre la ATP y la WTA, destinada a unificar el deporte y aumentar su atractivo comercial. Sin embargo, el progreso ha sido lento y el concepto sigue atrapado en la incertidumbre y el debate sobre la logística, el tiempo y el financiamiento. Más allá de los desafíos estructurales, la identidad cultural del tenis femenino también está bajo escrutinio. Los problemas relacionados con la visibilidad y la representación persisten, manifestándose en desigualdades en la programación y luchas de marketing que socavan el crecimiento del deporte. Los intentos de la WTA por navegar en este paisaje se complican por una transición de liderazgo y críticas continuas sobre su gobernanza. A medida que avanza la temporada, las ramificaciones de estas disputas podrían llevar a cambios significativos dentro del tenis. La posibilidad de litigios antimonopolio, como lo han destacado las preocupaciones de la Asociación de Jugadores de Tenis Profesional, se cierne sobre el deporte, sugiriendo que los jugadores pronto buscarán una reparación legal para asegurar una parte justa de los ingresos y derechos. En un deporte donde cada facción—jugadores, organizadores de torneos y organismos de gobierno—actúa en su propio interés, el camino hacia una resolución parece sinuoso. La lucha de los jugadores por un calendario equilibrado, una compensación equitativa y una estructura de gobernanza unificada permanece sin abordar, mientras las ruedas de la reforma giran lentamente, pesadas por la inercia de la tradición y los intereses en conflicto. A medida que se despliega la nueva temporada, el sonido de la revolución se hace más fuerte, pero por ahora, parece estar ensombrecido por un silencio que pesa sobre el deporte. La necesidad de un diálogo significativo y una acción decisiva nunca ha sido más urgente, a menos que el tenis profesional se encuentre en un atolladero más profundo mientras sus partes interesadas continúan chocando.

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