Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los aficionados del Manchester United están lidiando con una realidad inquietante mientras el club languidece en la mitad inferior de la Premier League. Tras una decepcionante derrota en casa por 2-0 ante el Newcastle United, el entrenador Ruben Amorim expresó su preocupación por la precaria posición del club, insinuando la impensable posibilidad de un descenso. Este reconocimiento contundente de su situación ha proyectado una sombra ominosa sobre el icónico club, que ha sido un pilar en la máxima categoría del fútbol inglés desde 1975. Históricamente, el Manchester United ha disfrutado de una base financiera estable, pero el espectro del descenso plantea preguntas urgentes sobre cómo el club navegaría por una crisis de tal magnitud. Un análisis revela que las ramificaciones financieras de caer en el Championship podrían ser catastróficas. Actualmente, el club genera aproximadamente 222 millones de libras en ingresos por derechos de transmisión, una cifra que eclipsa a muchos de sus competidores. Sin embargo, el descenso reduciría drásticamente esas cifras, ya que tendrían que depender de importantes pagos de paracaídas. Si el United descendiera a la segunda categoría, recibiría solo 43.6 millones de libras en su primera temporada, esencialmente una mera fracción de sus ingresos habituales. Además, la inminente amenaza de perderse el fútbol europeo por segunda vez en 35 años agrava sus problemas financieros. El club normalmente genera ingresos considerables a través de su participación en torneos continentales, con informes recientes indicando un promedio de 55.4 millones de libras anuales procedentes de competiciones europeas. La trayectoria actual sugiere que, si el United no logra ascender en la tabla, su premio monetario de la Premier League también podría verse afectado, con cada posición en la clasificación traduciendo a una pérdida de aproximadamente 3.1 millones de libras. El impacto del descenso no se limitaría solo a la pérdida de fuentes de ingresos; también catalizaría una amplia reevaluación de las asociaciones comerciales del Manchester United. El club ha sido durante mucho tiempo una potencia comercial, asegurando más de 300 millones de libras en ingresos por patrocinio anualmente. Sin embargo, si descendieran, tendrían dificultades para mantener los lucrativos acuerdos que se han vuelto sinónimos de su marca. Según su contrato con Adidas, el fabricante de equipamiento se reserva el derecho de reducir a la mitad sus pagos si el United no está en la Premier League, y tiene la opción de rescindir su contrato de 90 millones de libras al año por completo. Otras asociaciones probablemente enfrentarían un escrutinio similar, debilitando aún más la base financiera del club. Además, la considerable nómina del United de 365 millones de libras, que promedia 1 millón de libras al día, también podría estar bajo presión crítica. Tradicionalmente, los clubes incorporan cláusulas de descenso en los contratos de los jugadores para mitigar los gastos salariales, pero el United no emplea actualmente tales medidas. Esta omisión podría llevar a una grave tensión financiera si se ven obligados a navegar por el Championship con una nómina inflada. Si bien los ingresos por día de partido, actualmente en 136 millones de libras, pueden resistir la tormenta mejor que otras fuentes de ingresos, la estrategia de precios para las entradas en el Championship podría presentar desafíos. Los aficionados ya han expresado su preocupación por el aumento de los precios de las entradas, y la capacidad del club para atraer el mismo nivel de apoyo en la segunda categoría sigue siendo incierta, a pesar de la posibilidad de un aumento en los partidos. La incertidumbre inminente sobre su capacidad para proyectos futuros, como la propuesta de remodelación de Old Trafford o un posible nuevo estadio, es otra preocupación. Los ambiciosos planes de Sir Jim Ratcliffe para un "Wembley del Norte" podrían verse comprometidos por el descenso. Financiar tal emprendimiento sería significativamente más difícil sin los ingresos asociados a ser un club de la Premier League. A medida que el United se encuentra en una encrucijada, la posibilidad de descenso se cierne sobre ellos, presentando un posible trastorno no solo en el campo, sino también fuera de él. Las ramificaciones se propagarían a través de los informes financieros, los acuerdos de patrocinio y los contratos de los jugadores, llevando a un futuro incierto para una de las franquicias más emblemáticas del fútbol. En una liga donde cada punto cuenta, las apuestas para el Manchester United nunca han sido tan altas. Los próximos meses serán críticos para determinar si el club puede evitar esta posible calamidad o enfrentarse a la ardua tarea de reconstruir desde la segunda categoría.