De sueños en el patio trasero a la estrellato en la NHL: Robert Thomas brilla como estrella de la franquicia de los Blues.

AURORA, Ont. -- La historia de Robert Thomas, el destacado centro de los St. Louis Blues, comienza en la acogedora intimidad de su hogar de la infancia, donde los ecos de risas y los sonidos del hockey llenaban el aire. Hoy, a sus 25 años, Thomas se erige como el rostro de la franquicia de los Blues, un testimonio tanto de su inmenso talento como del apoyo incondicional que recibió de su familia. Scott Thomas, el padre de Robert, prepara una comida en la cocina mientras muestra con orgullo una vida impregnada de historia hockeyística. Detrás de un soporte para bicicletas se encuentra una gran foto de su hijo, y las paredes están adornadas con los restos de una familia inmersa en el deporte. Desde un banner de los Blues de 14 pies hasta el equipo de hockey dejado por leyendas de la NHL, la atmósfera es un santuario del juego. Sin embargo, es el patio trasero, con sus recuerdos de niños del vecindario vestidos con protecciones y corriendo hacia una pista hecha en casa, el que guarda los momentos más preciados para Robert, donde aprendió por primera vez las complejidades del patinaje y el manejo del puck. "Ahí fue donde aprendí a jugar hockey", reflexiona Thomas. La pista del patio trasero, formada de manera poco convencional, lo obligó a navegar espacios reducidos y desarrollar un estilo de patinaje único que le serviría a medida que progresaba en el deporte. Este terreno de entrenamiento no convencional fomentó las habilidades de pase de élite que definen su juego hoy en día, nacidas de la necesidad cuando los pases en bandeja estaban fuera de discusión debido al riesgo de lesiones. A medida que las habilidades de Robert maduraban, también lo hacían sus ambiciones. A diferencia de muchos jóvenes jugadores, no tenía historia familiar en el hockey profesional. Sus padres reconocieron su talento desde pequeño, inscribiéndolo en hockey sobre patines a la edad de tres años y medio. La familia Thomas no impuso expectativas, sino que creó un ambiente de aliento, permitiendo que Robert prosperara sin una presión excesiva. Como jugador juvenil, Thomas se destacó, no solo por su habilidad, sino por su comprensión del juego. Los entrenadores notaron su ansia por aprender, y su padre inculcó un sistema que valoraba las asistencias por encima de los goles, fomentando el trabajo en equipo y la desinteresada colaboración. Esta mentalidad se convertiría en una característica distintiva del estilo de juego de Thomas, llevando a un mayor énfasis en preparar a sus compañeros para el éxito. El momento crucial en la carrera de Thomas llegó cuando fue seleccionado por los London Knights de la OHL. Fue una decisión significativa que implicaba dejar su hogar y renunciar a la elegibilidad para la NCAA. Con la orientación de sus padres, Robert elaboró una lista de pros y contras, convenciendo finalmente a sus padres de que este camino era el adecuado para él. La resiliencia que mostró durante su trayectoria en el hockey júnior, marcada por desafíos y triunfos, sentó las bases para su éxito futuro. Después de ser seleccionado por los Blues en el Draft de la NHL de 2017, Thomas enfrentó las presiones del hockey profesional. Navegó rumores de traspasos y períodos de ser un jugador sano que no jugaba antes de emerger como un jugador clave para los Blues, culminando en una victoria en la Copa Stanley en 2019. Su asistencia en el icónico gol en doble tiempo extra de Pat Maroon en el Juego 7 de las semifinales de la Conferencia Oeste consolidó su lugar en la historia de la franquicia. Hoy, mientras se prepara para el Winter Classic contra los Chicago Blackhawks, Thomas mira hacia atrás en su trayectoria con gratitud. Recuerda el papel que jugaron su familia, amigos y comunidad en su desarrollo, desde los niños del vecindario en la pista hasta las lecciones aprendidas de sus padres. "Ha sido un lugar increíble para vivir, y es un gran lugar para formar una familia", dice, reflexionando sobre los valores que sus padres le inculcaron. El ascenso de Robert Thomas desde una pista en el patio trasero en Aurora hasta el centro de atención de la NHL sirve como un recordatorio del impacto de la crianza solidaria y la comunidad. A medida que continúa brillando en el hielo, se mantiene con los pies en la tierra, en la humildad y el trabajo duro que lo llevaron a este momento, personificando el espíritu de un jugador que no solo es talentoso, sino verdaderamente dedicado al juego y a las personas que lo ayudaron en el camino.