Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los residentes de Port Vila, Vanuatu, están lidiando con los efectos persistentes del trauma y el miedo tras una serie de poderosos terremotos que han sacudido su comunidad. El temblor más reciente, que registró 6.1 en la escala de Richter, ocurrió temprano en la mañana del domingo, despertando a muchos de su sueño y reavivando los temores del devastador terremoto de 7.3 grados que tuvo lugar apenas el martes pasado. En la secuela, un número significativo de familias ha optado por abandonar sus hogares, erigiendo tiendas de campaña improvisadas en espacios abiertos como medida de precaución contra las réplicas que continúan. Tom Alick Noel, presidente del comité de desastres de la comunidad costera, habló sobre las difíciles decisiones que enfrentan muchos residentes. "Algunas familias todavía tienen miedo de regresar a sus hogares, así que han montado estas pequeñas tiendas para dormir afuera", dijo, destacando el costo psicológico que los terremotos han tenido en la comunidad. Enneth Fred, presidenta del consejo de mujeres del distrito Central, expresó sentimientos similares, enfatizando que las familias permanecerían en estos refugios temporales mientras dure el estado de emergencia. Las cicatrices emocionales son evidentes, y Fred señaló la angustia visible en los rostros de los miembros de la comunidad, especialmente entre las mujeres. “Puedes ver lágrimas, puedes ver miedo, puedes ver ataques de pánico, y eso todavía las atormenta”, lamentó. En un esfuerzo por unir a la comunidad y aliviar parte de la ansiedad, los líderes locales han organizado actividades diarias diseñadas para fomentar un sentido de unidad. Estas reuniones incluyen devociones, juegos y actividades destinadas a proporcionar a los niños un respiro del caos. Fred expresó su esperanza de que estos eventos ayudarían a las personas a sentirse menos aisladas durante este tiempo difícil. Reflexionando sobre su propia experiencia durante el terremoto, Fred describió el terror que sintió mientras estaba en el último piso de un edificio de varios pisos cuando ocurrió el temblor. "Fue una experiencia muy aterradora y una que nunca olvidaré en mi vida", dijo, añadiendo que cree que la comunidad debe aprender de esta experiencia. Aboga por prácticas de construcción mejoradas en el futuro para aumentar la seguridad y la resiliencia ante tales desastres naturales. A medida que la comunidad continúa recuperándose, la cifra de muertos del reciente terremoto ha aumentado trágicamente a 12, según los últimos informes. Las autoridades locales también están tomando medidas de precaución, instando a los residentes que viven en áreas propensas a deslizamientos de tierra e inundaciones a buscar terrenos más seguros, ya que se prevé que varios días de mal tiempo comiencen el lunes. El camino por delante para Port Vila sin duda será desafiante, ya que los residentes enfrentan las secuelas físicas y emocionales de los terremotos. Los líderes comunitarios se mantienen comprometidos a apoyar a sus vecinos, con la esperanza de reconstruir no solo estructuras, sino también la confianza y la resiliencia entre el pueblo de Vanuatu.