Vanuatu enfrenta una crisis humanitaria tras devastadores terremotos: se necesita ayuda urgente.

La situación humanitaria en Vanuatu ha tomado un giro grave tras un devastador terremoto de magnitud 7.3 ocurrido a principios de esta semana, que resultó en la pérdida de 12 vidas y dejó a más de 200 personas heridas. Los temblores se vieron agravados por un posterior terremoto de magnitud 6.1 el domingo, dejando a las autoridades y a los residentes lidiando con las secuelas de estos desastres naturales. Se ha declarado un estado de emergencia en toda la nación insular, con un toque de queda de atardecer a amanecer en partes de Port Vila que se prolongará hasta el 24 de diciembre. La situación ha empeorado aún más, ya que se ha informado que las carreteras de acceso al puerto han sido bloqueadas, complicando la entrega de ayuda tan necesaria a las áreas afectadas. El impacto del primer terremoto ha sido asombroso, con más de 80,000 personas afectadas y casi 1,700 individuos desplazados de sus hogares. Los esfuerzos de ayuda se concentran actualmente en 11 centros de evacuación, donde más de 1,200 personas buscan refugio, mientras que muchos otros dependen de la hospitalidad de los hogares locales. Las necesidades humanitarias inmediatas son apremiantes, incluyendo acceso a agua potable, alimentos y atención médica. La amenaza de enfermedades transmitidas por el agua es significativa, ya que las comunidades luchan con la sanidad comprometida. Los servicios de salud en Vanuatu están gravemente deteriorados, particularmente en el Hospital Central de Vanuatu (VCH), que requiere urgentemente suministros médicos esenciales y apoyo coordinado para abordar las brechas críticas en la atención. La crisis de salud se ve agravada por las réplicas continuas y el abrumador número de pacientes que necesitan atención. En una respuesta concertada a la crisis en aumento, un vuelo humanitario organizado por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (WFP) entregó con éxito equipos de emergencia y suministros vitales de ayuda a Port Vila el sábado. Varias agencias de la ONU, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), están colaborando con las autoridades nacionales para asegurar que se satisfagan las necesidades inmediatas. UNFPA ha movilizado recursos estableciendo carpas de maternidad en el VCH, mientras que UNICEF ha instalado cuatro carpas para manejar el desbordamiento de pacientes y ha desplegado equipos de protección infantil para ayudar a familias y trabajadores de la salud en estos tiempos difíciles. Además, UNICEF ha facilitado la entrega de tanques de agua a VCH para garantizar que el acceso a agua potable permanezca ininterrumpido. El WFP también está desempeñando un papel crítico al desplegar especialistas en telecomunicaciones de emergencia para restaurar las redes de comunicación interrumpidas, que son esenciales para coordinar los esfuerzos de ayuda. En asociación con la Oficina Nacional de Gestión de Desastres (NDMO), el WFP está evaluando las necesidades de seguridad alimentaria y asegurando que los recursos vitales se dirijan a donde más se necesitan. Para mejorar aún más la respuesta, el Centro de Satélites de la ONU (UNOSAT) está realizando evaluaciones de daños basadas en satélites para informar sobre la asignación de recursos y priorizar las áreas más afectadas. Los socios humanitarios, incluyendo Médicos Sin Fronteras (MSF), están en el terreno brindando asistencia esencial junto a los equipos de respuesta nacional. Alpha Bah, Director de la Oficina Multipaís del WFP en el Pacífico, enfatizó la urgencia de una respuesta oportuna para apoyar a las familias afectadas. Expresó su profundo pesar por la pérdida de vidas y la destrucción de propiedades causadas por los terremotos, afirmando que un esfuerzo coordinado es esencial para garantizar que los impactados reciban la asistencia necesaria. El camino hacia la recuperación de Vanuatu está lleno de desafíos, pero la rápida movilización de agencias de la ONU y socios humanitarios señala un fuerte compromiso para ayudar a la nación a reconstruirse tras esta catástrofe. A medida que la situación evoluciona, la resiliencia y solidaridad de la comunidad internacional serán vitales para apoyar al pueblo de Vanuatu durante este tiempo crítico.