El rey Carlos expresa solidaridad con Vanuatu tras el devastador terremoto.

El rey Carlos ha expresado su profundo pesar y solidaridad con el pueblo de Vanuatu tras un devastador terremoto que ha sacudido a la pequeña nación insular en Oceanía. El terremoto de magnitud 7.3, que ocurrió el 17 de diciembre, ya ha cobrado al menos 14 vidas e injured a más de 200 personas, con temores de que el número de muertos podría aumentar a medida que continúan los esfuerzos de rescate. En un emotivo mensaje compartido a través de las plataformas de redes sociales de la Familia Real, el rey Carlos transmitió sus y los sentimientos de simpatía y apoyo de la reina Camila hacia el pueblo ni-Vanuatu durante este difícil momento. Expresó su profunda tristeza por la destrucción que ha causado el terremoto, haciendo referencia a su visita anterior a Vanuatu en 2018, donde fue testigo de la resiliencia de su pueblo ante desastres naturales. "Mi esposa y yo hemos estado profundamente consternados al enterarnos de la magnitud del terremoto que golpeó Vanuatu el martes y de la pérdida de vidas y propiedades que este devastador desastre natural ha dejado a su paso", declaró el rey, añadiendo que el espíritu de los ni-Vanuatu ha sido puesto a prueba demasiadas veces por ciclones y ahora por este terremoto. Su mensaje fue entregado tanto en inglés como en Tok Pisin, mostrando un reconocimiento del patrimonio lingüístico del país. El terremoto tuvo su epicentro a 31 kilómetros de Port Vila, la capital, y fue seguido por una serie de réplicas, incluyendo un temblor de magnitud 5.2 el 18 de diciembre y un terremoto de magnitud 6.1 solo unos días después, el 21 de diciembre. Las operaciones de rescate están en curso, mientras las autoridades luchan contra el tiempo para localizar a aquellos que puedan estar atrapados bajo los escombros. Desafortunadamente, muchas víctimas aún no han sido contabilizadas, y hay informes de que algunos de los afectados no han llegado a las instalaciones médicas debido a los temores en torno al dañado Hospital Central de Vila, el principal centro de tratamiento de la región. Las Naciones Unidas han informado que casi 1,000 personas han sido desplazadas debido a los terremotos, lo que plantea preocupaciones urgentes sobre el acceso a agua potable. Los trabajadores de ayuda estiman que aproximadamente 20,000 personas podrían enfrentar pronto una crisis crítica de agua, ya que el riesgo de consumo de agua contaminada es alto, lo que podría llevar a brotes de enfermedades. Brecht Mommen, un especialista de UNICEF en agua, saneamiento e higiene, enfatizó la necesidad crítica de una acción inmediata, afirmando: "Es una carrera contra el tiempo para organizar camiones de agua para esas áreas, de modo que prevengamos un segundo desastre, que sería un brote de diarrea". El tiempo para las reparaciones de la infraestructura hídrica dañada sigue siendo incierto, lo que agrava la urgencia de la situación a medida que las agencias de ayuda continúan evaluando y respondiendo a las necesidades de la población afectada. Con los desafíos humanitarios y logísticos aumentando tras este desastre natural, el apoyo y los recursos de la comunidad internacional serán vitales para ayudar a Vanuatu a recuperarse y reconstruirse tras la devastación. A medida que llegan oraciones y mensajes de solidaridad de todo el mundo, la resiliencia del pueblo ni-Vanuatu sigue siendo un faro de esperanza durante este período desafiante.