Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que el panorama político continúa dominando los titulares y nuestras pantallas, muchos buscan un respiro del asedio del drama de la vida real. ¿Qué mejor manera de escapar que sumergirse en el vasto mundo del cine político? Con la llegada del 2024, es evidente que nuestra fascinación por la intersección entre la política y el cine sigue siendo tan fuerte como siempre. En un reciente llamado a nuestros lectores, buscamos compilar una lista de sus películas políticas favoritas: filmes que no solo entretienen, sino que también provocan reflexión, risas y, a veces, un sentido de temor sobre el estado de la gobernanza. La respuesta fue entusiasta, resonando con un deseo colectivo de explorar los temas del poder, la ambición y la condición humana dentro del contexto político. Entre los favoritos, "The Parallax View", un thriller de 1974 protagonizado por Warren Beatty, surgió como una elección clásica. Cuenta la historia de un periodista envuelto en una conspiración que involucra un asesinato. Esta película, junto con "All the President's Men", la representación de 1976 del periodismo de investigación que derribó una administración, nos recuerda el papel crítico de la prensa en mantener a los poderosos bajo control. Para aquellos que prefieren un enfoque más ligero, "Definitely, Maybe", una comedia romántica con Ryan Reynolds como un consultor político que navega entre el amor y la vida, demuestra que la política no siempre tiene que ser seria. Sin embargo, entrelaza temas políticos del mundo real con narrativas personales, recordándonos cuán profundamente las decisiones políticas pueden afectar las vidas personales. Carl Hulse, nuestro corresponsal principal en Washington, recordó "The Best Man", una película de 1964 que disecciona los dilemas morales que enfrentan los candidatos políticos, junto con "Recount" de HBO, que captura el caótico desenlace de las elecciones presidenciales de 2000. Las reflexiones de Hulse destacan cuán estrechamente el cine refleja los eventos políticos de la vida real, a menudo con un giro cómico. La lista de favoritos incluye clásicos atemporales y narrativas que invitan a la reflexión. "The Great McGinty" (1940) presenta a un político corrupto cuyas artimañas son tanto hilarantes como desalentadoras. Mientras tanto, "A Face in the Crowd" (1957) sirve como una advertencia sobre los peligros del populismo y el poder de los medios, reflejando un tema que resuena con fuerza en la actualidad. Relatos épicos como "Spartacus" (1960) defienden la causa del hombre común, mientras que "Dr. Strangelove" (1964) satiriza de manera ingeniosa las ansiedades de la Guerra Fría, demostrando cómo el humor puede exponer las absurdidades de la política. Otras menciones notables incluyen "The Candidate" (1972), que captura la esencia de la política de California en los años 70, y "Bob Roberts" (1992), un agudo falso documental que se siente inquietantemente relevante en el clima político actual. La comedia ocupa un lugar central en películas como "Dave" (1993), donde el protagonista asume el papel del presidente, demostrando que a veces la fantasía puede ofrecer una perspectiva refrescante sobre los procesos políticos. "The American President" (1995) y "Wag the Dog" (1997) difuminan aún más las líneas entre la realidad y la ficción, recordándonos que el arte de la política es a menudo tan teatral como serio. A medida que avanzamos a través de esta lista curada, queda claro que las películas políticas cumplen múltiples roles: entretienen, educan y, ocasionalmente, nos advierten sobre las trampas del poder. Ya sea a través de la sátira, el drama o la comedia romántica, estas películas resuenan con el público, a menudo sosteniendo un espejo ante la sociedad en la que vivimos. Mientras te acomodas en esta temporada navideña, considera volver a ver estas películas. No solo ofrecen un descanso del implacable ciclo de eventos actuales, sino que también brindan una visión de las complejidades del poder y la gobernanza. Después de todo, en un mundo donde los políticos reales parecen actuar en sus propios dramas, estas representaciones cinematográficas pueden no estar tan lejos de la verdad.