Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un estudio innovador realizado en Dinamarca, los investigadores han revelado una intrigante correlación entre el uso habitual de cannabis y la función cognitiva en adultos mayores. Los hallazgos desafían estereotipos de larga data en torno al cannabis y ofrecen una nueva perspectiva sobre sus posibles impactos a medida que las personas envejecen. Históricamente, campañas como DARE han pintado el cannabis de manera negativa, advirtiendo sobre sus supuestos efectos perjudiciales en la inteligencia y la memoria. Sin embargo, con los resultados de este nuevo estudio, parece que la narrativa podría estar cambiando. La investigación se centró en un grupo de 5,162 hombres que fueron reclutados para el servicio militar a los 18 años y que se sometieron a pruebas cognitivas. Casi cuatro décadas después, estos individuos, ahora en sus sesenta, fueron evaluados nuevamente para evaluar cualquier cambio cognitivo a lo largo de los años. Lo que destacó en los hallazgos fue que aquellos que usaban cannabis regularmente obtuvieron puntuaciones más altas en las evaluaciones cognitivas en comparación con sus contrapartes que no lo usaban. Esto sugiere que, contrariamente a las creencias anteriores, el uso habitual de cannabis puede estar relacionado con un menor deterioro cognitivo a medida que se envejece. La diferencia promedio en las puntuaciones fue modesta: 1.3 puntos más alta para los usuarios de cannabis, pero marca un cambio significativo en la narrativa de que el cannabis es únicamente perjudicial para las habilidades cognitivas. Los investigadores fueron cuidadosos al señalar que este estudio no implica causalidad; numerosos factores externos podrían influir en la salud cognitiva, incluidos los estilos de vida, el estatus socioeconómico y el consumo de otras sustancias. No obstante, la tendencia observada entre los usuarios de cannabis es lo suficientemente provocativa como para justificar una mayor investigación. Los resultados deben ser abordados con cautela. Incluso los autores del estudio enfatizan la necesidad de realizar investigaciones adicionales para verificar estos hallazgos iniciales y comprender los mecanismos subyacentes en juego. Es esencial considerar el contexto más amplio de la salud y el bienestar en lugar de centrarse únicamente en el uso de cannabis. A medida que la conversación sobre el cannabis evoluciona y las actitudes sociales cambian, este estudio abre la puerta a una discusión más matizada sobre sus efectos, especialmente entre las poblaciones mayores. Sin embargo, es importante moderar el entusiasmo con realismo. Si bien la idea de regalar cannabis a parientes mayores puede sonar divertida, las implicaciones de tales acciones deben ser consideradas con seriedad. En conclusión, este estudio danés invita a una reevaluación de las nociones preconcebidas sobre el cannabis y la salud cognitiva. Si bien puede que no estemos listos para recomendar el cannabis como un potenciador cognitivo para nuestros seres queridos mayores aún, ciertamente proporciona material para reflexionar en el diálogo continuo sobre el papel del cannabis en nuestras vidas. A medida que la sociedad continúa navegando las complejidades de la legalización y el uso del cannabis, investigaciones como esta son cruciales para fomentar discusiones informadas sobre sus posibles beneficios y riesgos.