Mejora tu bienestar: Descubre los secretos para un sistema digestivo saludable hoy.

Mejora tu bienestar: Descubre los secretos para un sistema digestivo saludable hoy.

La digestión adecuada es vital para la salud, requiriendo elecciones alimenticias conscientes para mejorar la absorción de nutrientes y apoyar el bienestar general.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud HACE 6 HORAS

La digestión adecuada es un aspecto esencial para mantener una salud integral, ya que permite a nuestros cuerpos extraer y utilizar nutrientes vitales de los alimentos que consumimos. Estos nutrientes—vitaminas, minerales, grasas, proteínas y carbohidratos—son fundamentales no solo para la energía, sino también para apoyar las funciones inmunitarias y facilitar la reparación celular. Comprender cómo funciona la digestión revela su complejidad y su papel crítico en nuestro bienestar. El proceso digestivo comienza mucho antes de que los alimentos entren en nuestras bocas. Comienza con nuestras elecciones alimentarias. Optar por alimentos saludables, integrales y amigables con el intestino permite a nuestros cuerpos digerir y utilizar su contenido nutricional de manera eficiente. Sin embargo, en América del Norte, muchas personas lidian con dietas cargadas de azúcares refinados, sal excesiva y una multitud de químicos provenientes de alimentos procesados. Este cambio en los hábitos alimentarios complica el proceso digestivo, a menudo dejando a nuestros cuerpos confundidos y abrumados. La digestión puede verse como un sistema multifacético que abarca varias etapas: ingestión, propulsión, descomposición mecánica y química, absorción y eliminación. Curiosamente, el acto de la digestión comienza con nuestros sentidos. La vista y el aroma de la comida activan señales en nuestros cerebros, provocando la producción de saliva incluso antes de que tomemos el primer bocado. Esto demuestra la interconexión de nuestro sistema digestivo con nuestro sistema nervioso, ya que las hormonas y los nervios juegan un papel significativo en la comunicación entre el tracto gastrointestinal y el cerebro. Una vez que la comida llega a nuestras bocas, masticar inicia la fase mecánica de la digestión, mientras que las enzimas en nuestra saliva comienzan la descomposición química. Esto subraya la importancia de comer despacio y masticar bien, una práctica que facilita el proceso digestivo. Después de tragar, la comida viaja a través del esófago y entra en una fase automática de la digestión, donde el cerebro regula la descomposición y absorción posterior sin nuestro esfuerzo consciente. El estómago desempeña un papel vital en este viaje, mezclando los alimentos con jugos digestivos para formar una sustancia conocida como quimo. Esta mezcla luego progresa hacia el intestino delgado, donde se encuentra con bilis, enzimas y ácido estomacal—todos críticos para descomponer aún más los alimentos. En esta etapa, la flora intestinal saludable, o microbioma, se vuelve crucial para una digestión efectiva. Un microbioma equilibrado puede verse alterado por malas elecciones dietéticas, consumo excesivo de azúcar o uso excesivo de antibióticos, comprometiendo potencialmente todo el sistema digestivo. A medida que el quimo se desplaza a través de las paredes del intestino delgado, los nutrientes se absorben en el torrente sanguíneo, proporcionando alimento esencial al cuerpo. La sangre transporta azúcares simples, glicerol, vitaminas, minerales, sales y aminoácidos al hígado, donde se procesan y almacenan para su uso posterior. Después de esta absorción de nutrientes, cualquier residuo no digerido se dirige al intestino grueso. Aquí, se extrae agua, transformando el residuo de líquido a sólido, que finalmente se expulsa del cuerpo durante una evacuación intestinal. Dada la importancia de un sistema digestivo que funcione adecuadamente, las medidas proactivas pueden mejorar significativamente la salud digestiva. Reducir la ingesta de azúcar e incorporar enzimas digestivas y probióticos en la dieta puede ser beneficioso. Los alimentos ricos en probióticos, como el chucrut, el kéfir, el kombucha, el miso y el kimchi, ayudan a mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal y apoyan la digestión. En última instancia, muchos de los problemas digestivos que aquejan a la sociedad moderna pueden evitarse a través de elecciones dietéticas conscientes. Priorizar alimentos nutritivos puede ayudar a nutrir nuestros cuerpos y mantener una salud digestiva óptima. Como dice acertadamente Claire Nielsen, debemos elegir el combustible adecuado para nutrir nuestros cuerpos y no dar por sentado nuestra salud. Adoptar un enfoque proactivo hacia nuestra salud digestiva puede llevar a mejoras significativas en nuestro bienestar general, allanando el camino para una vida más saludable y vibrante.

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