Rusia critica a Israel en la ONU por violaciones de derechos en Gaza y Cisjordania

En una notable intervención en el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente de Rusia, Vasili Nebenzia, ha lanzado duras críticas hacia la política de Israel respecto a su enfoque en la seguridad y el conflicto con los palestinos. Según Nebenzia, en lugar de abordar los problemas existentes, el Estado hebreo ha optado por crear nuevos, contribuyendo a una escalada de tensiones en la región.

El diplomático ruso enfatizó que, aunque no cuestiona el derecho de Israel a garantizar su propia seguridad, las acciones que lleva a cabo van más allá de la lucha contra el terrorismo. Nebenzia argumentó que las medidas de castigo colectivo contra la población palestina en Gaza y Cisjordania, así como los bombardeos en Líbano y Siria, no solo agravan el conflicto, sino que también generan un contexto de desesperación que puede llevar a la radicalización de la población.

La intervención de Nebenzia también abordó el impacto de las decisiones políticas en la región, señalando que la promesa de normalización de relaciones entre Israel y otros actores regionales se encuentra en un punto muerto debido a las acciones israelíes en Gaza. La escalofriante realidad de un conflicto que se vuelve más intenso afecta no solo a los palestinos, sino también a las dinámicas de seguridad en países vecinos.

El embajador ruso subrayó que la visión de seguridad de Israel parece centrarse en crear un entorno desolado a su alrededor, donde la fuerza militar sea la única herramienta para negociar. Esta estrategia, a su juicio, no solo es insostenible, sino que también pone en peligro el futuro de la convivencia pacífica en la región.

Nebenzia también expresó su preocupación por las recientes declaraciones de funcionarios israelíes que sugieren un cambio forzado en la composición demográfica de Gaza, lo que califica como "particularmente alarmante". Estas afirmaciones, que apuntan a la recolonización de territorios palestinos, generan un clima de temor y desconfianza que perjudica cualquier intento de diálogo.

Una de las críticas más contundentes de la intervención fue en relación a la reciente legislación aprobada por la Knesset, que permite la deportación de familias de supuestos terroristas a Gaza. Nebenzia destacó que esto no solo es una violación de los derechos humanos, sino que plantea serias cuestiones sobre la naturaleza democrática de Israel, que se autodenomina la única democracia en Medio Oriente.

El embajador ruso no se detuvo ahí, rechazando categóricamente la política israelí de "crear hechos sobre el terreno" en Cisjordania. Según él, la ocupación del territorio palestino es ilegal bajo el derecho internacional y no puede ser justificada de ninguna manera. Este punto de vista resuena con muchas otras naciones que han expresado su preocupación por las violaciones a los derechos humanos en el contexto del conflicto.

Rusia, en este sentido, se presenta como un defensor de los derechos de los palestinos y un crítico de las acciones de Israel, sugiriendo que la comunidad internacional debe tomar medidas contra lo que considera una política de agresión sistemática. Nebenzia hizo un llamado a la ONU para que actúe con mayor firmeza ante la situación en Gaza y los territorios ocupados.

La intervención rusa añade una nueva dimensión a las discusiones en el Consejo de Seguridad, donde el apoyo de Estados Unidos a Israel a menudo complica los esfuerzos por alcanzar una resolución pacífica. Las tensiones geopolíticas y las diferencias ideológicas entre las naciones participantes dificultan la búsqueda de un consenso que pueda resultar en un cambio positivo en la situación del Medio Oriente.

En resumen, la postura de Rusia ante la ONU refleja una creciente preocupación por la dirección que está tomando el conflicto israelí-palestino. Con afirmaciones sobre el aumento de la radicalización, la ocupación ilegal y las violaciones de derechos humanos, el embajador Nebenzia ha planteado interrogantes sobre el futuro del diálogo en la región y la responsabilidad de la comunidad internacional en la búsqueda de una solución duradera.