Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que se intensifican los preparativos para la Copa Mundial de 2034 en Arabia Saudita, persisten las preocupaciones en torno al tratamiento de los trabajadores migrantes, lo que atrae la atención de organizaciones benéficas internacionales y de derechos humanos. El Centro de Recursos de Empresas y Derechos Humanos publicó recientemente un análisis detallado advirtiendo a las empresas multinacionales involucradas en proyectos relacionados con la Copa Mundial y a los posibles trabajadores migrantes que consideren emplearse en el reino sobre los riesgos significativos asociados con los derechos laborales en el estado del Golfo. En un artículo conmemorativo del Día Internacional del Migrante, la investigadora principal Isobel Archer destacó las preocupantes estadísticas relacionadas con los abusos laborales en el Medio Oriente y el Norte de África. A pesar de representar solo el seis por ciento de la población mundial, esta región es responsable de una asombrosa tercera parte de todos los casos reportados de abuso de trabajadores migrantes. Notablemente, el 94 por ciento de estos casos provienen de las seis naciones del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG): Bahrein, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, lo que subraya un problema generalizado en la región. Entre estos países, Arabia Saudita se destaca como particularmente preocupante, representando 82 de los 490 casos documentados en la región. Los informes revelan patrones alarmantes de robo de salarios, tarifas de reclutamiento ilegales, abuso verbal y físico, y condiciones de vida deficientes. Además, los trabajadores enfrentan obstáculos significativos para buscar recursos legales y se encuentran con violaciones frecuentes de salud y seguridad. Archer señaló que la situación de los trabajadores migrantes en Arabia Saudita es especialmente grave para aquellos involucrados en mega-proyectos como NEOM y el Estadio Aramco, que está previsto que sirva como sede para la Copa Mundial. Con los trabajadores de la construcción, junto con el personal de limpieza, mantenimiento y seguridad, esperando dar la bienvenida a aficionados y jugadores, los riesgos para sus derechos y bienestar siguen siendo agudos. "Los beneficios financieros de Arabia Saudita 2034 son enormes, pero vendrán a un precio devastador para algunos de los trabajadores más vulnerables del mundo", declaró Archer, enfatizando las implicaciones morales detrás de las ganancias financieras anticipadas por albergar el prestigioso torneo. Las advertencias de la organización benéfica resuenan con los sentimientos expresados por una coalición de 21 grupos de derechos humanos, sindicatos y representantes de aficionados, quienes criticaron la decisión de la FIFA de otorgar la Copa Mundial a Arabia Saudita. En un comunicado conjunto, acusaron a la FIFA de ser "irresponsable" con las vidas humanas, ya que prevén una explotación generalizada sin reformas significativas en las prácticas laborales del reino. Steve Cockburn, jefe de derechos laborales y deporte de Amnistía Internacional, lamentó que la FIFA sea plenamente consciente de la inminente explotación de los trabajadores, pero ha decidido seguir adelante con los planes de la Copa Mundial. También ha surgido crítica desde la comunidad arquitectónica, con el arquitecto británico Jeremy Till pidiendo un boicot a los proyectos saudíes antes del evento. Condenó a los profesionales de la industria que se han apresurado al reino en busca de comisiones, argumentando que una respuesta ética debería priorizar los derechos y la seguridad de los trabajadores sobre el beneficio. A medida que Arabia Saudita se posiciona como anfitrión de la Copa Mundial, las promesas de los funcionarios del gobierno sobre mejoras en los derechos laborales y el cumplimiento de las regulaciones de la FIFA contrastan marcadamente con la realidad en el terreno. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha expresado su creencia de que otorgar la Copa Mundial a naciones como Catar y Arabia Saudita podría servir como un poderoso catalizador para el cambio social positivo y la unidad. Sin embargo, muchos siguen siendo escépticos, insistiendo en que hasta que se implementen reformas sistémicas, los derechos de los trabajadores migrantes seguirán estando en peligro. Con la Copa Mundial de 2034 en el horizonte, el foco sigue puesto en las prácticas laborales de Arabia Saudita, desafiando las narrativas de progreso promovidas por el reino. A medida que la atención internacional se intensifica, el destino de los trabajadores vulnerables pende de un hilo, planteando preguntas críticas sobre la responsabilidad y el verdadero costo de los megaeventos deportivos.