Los lujosos partidos de la Liga Profesional Saudí ocultan las dificultades a medida que se acerca la pausa de la Copa del Golfo.

Los lujosos partidos de la Liga Profesional Saudí ocultan las dificultades a medida que se acerca la pausa de la Copa del Golfo.

La Liga Profesional Saudita enfrenta desafíos antes de la Copa del Golfo, con el poder estelar eclipsando el juego inconsistente y la disminución de la asistencia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

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Deportes 15.12.2024

A medida que la Liga Profesional Saudí se prepara para un receso con la Copa del Golfo Arábigo en el horizonte, la atención que rodea sus partidos recientes ha revelado tanto el glamour como las duras realidades del fútbol en el reino. El espectáculo durante un partido reciente en el estadio Ciudad Deportiva Rey Abdullah de Yeddah fue innegable, con una audiencia estelar que incluía a personalidades como Spike Lee y Will Smith, aportando un toque de Hollywood a los acontecimientos. Sin embargo, el rendimiento en el campo pintó un cuadro marcadamente diferente. A pesar de la atmósfera eléctrica creada por los 55,000 aficionados, quienes deslumbraron con una impresionante exhibición de tifos, el partido en sí—una eventual victoria de 2-1 para Al Ittihad—dejó mucho que desear. Delanteros como Karim Benzema y Steven Berwijn brindaron momentos de brillantez, pero la calidad general del juego fue inconsistente, lo que genera dudas sobre la profundidad de la liga. Con una notable dependencia de un puñado de superestrellas internacionales y un elenco de jugadores menos prominentes, la ambición de la liga de establecerse entre las diez mejores del mundo para 2030 parece un objetivo lejano. El entrenador de Al Ittihad, Laurent Blanc, expresó tanto admiración por Al Nassr como frustración por la pausa de la liga por la Copa del Golfo, un sentimiento que refleja los desafíos que enfrentan los equipos que intentan construir impulso. El Fondo de Inversión Pública (PIF), que ha invertido fuertemente en la liga y sus clubes, no solo busca el éxito inmediato, sino que tiene como objetivo una visión a largo plazo que incluye la clasificación para la Copa Mundial de 2034, que Arabia Saudita albergará. La verdadera prueba radica en elevar a los jugadores locales para que igualen la calidad de sus contrapartes extranjeras. El sentir entre los aficionados al fútbol saudí es una mezcla de nostalgia y decepción. Los días de gloria del gol de Saeed Al-Owairan en la Copa Mundial de 1994 contra Bélgica y el reciente triunfo de Salem Al-Dawsari sobre Argentina están ensombrecidos por las luchas continuas para encontrar consistencia en las competiciones internacionales. Las fallas del equipo nacional, particularmente bajo el mando del exentrenador Roberto Mancini, han dejado a los aficionados deseando un renacimiento que parece esquivo. Si bien la Liga Profesional Saudí ha acaparado titulares con una asombrosa afluencia de talento, la realidad es que las cifras de asistencia cuentan una historia desalentadora. Las multitudes promedio están disminuyendo, con varios equipos luchando por atraer aficionados incluso cuando los jugadores estrella están en el campo. La asistencia promedio actual de la liga de 7,880 es un contraste marcado con la vitalidad y popularidad de las ligas europeas, destacando una brecha significativa que necesita ser cerrada. Se han planteado preocupaciones sobre un sistema de dos niveles dentro de la liga, ya que la afluencia de talento extranjero corre el riesgo de dejar de lado a los jugadores locales emergentes. Este problema podría tener implicaciones a largo plazo para el futuro del equipo nacional, especialmente a medida que la atención se centra en el desarrollo juvenil. A pesar de los desafíos, hay focos de optimismo. Clubes como Al Qadsiah, respaldados por grandes corporaciones, están teniendo un buen desempeño y podrían señalar un cambio hacia una liga más competitiva. El enfoque del PIF para transformar la Liga Profesional Saudí es ambicioso, aunque lleno de complejidades. El reciente énfasis en desarrollar talento local y mejorar la infraestructura es un paso positivo, sin embargo, lograr un modelo sostenible que resuene con los aficionados sigue siendo un trabajo en progreso. El liderazgo de la SPL es consciente de que simplemente atraer grandes nombres no es suficiente para asegurar un legado duradero; también deben fomentar un amor genuino por el juego entre la población local. Mientras la liga se prepara para su breve intermisión, enfrenta la tarea urgente de construir una base que pueda apoyar tanto sus aspiraciones inmediatas como sus objetivos a largo plazo. El sueño de una cultura futbolística vibrante y competitiva en Arabia Saudita está vivo, pero si puede materializarse plenamente depende de equilibrar el poder estelar con el desarrollo en las bases, todo mientras se abordan los problemas sociales apremiantes que persisten en el trasfondo. Los próximos pasos que se tomen en los próximos meses serán cruciales para determinar la trayectoria del fútbol en el reino, mientras busca labrarse un nicho sostenible en el escenario global.

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