Juan Brignardello Vela
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En una notable demostración de versatilidad y habilidad, Travis Hunter de Colorado emergió victorioso en la carrera por el Trofeo Heisman, consolidando su estatus como una de las estrellas más brillantes del fútbol americano universitario. El jugador de dos vías ofreció una actuación extraordinaria tanto en ofensiva como en defensiva a lo largo de la temporada, convirtiéndose en una fuerza pivotal para los Buffaloes bajo la dirección del entrenador Deion Sanders. El logro de Hunter marca un hito significativo para la Universidad de Colorado, convirtiéndolo en el segundo jugador en la historia de la institución en ganar el prestigioso premio, siguiendo los pasos del legendario Rashaan Salaam, quien lo obtuvo en 1994. El camino de Hunter hacia el escenario del Heisman fue todo menos convencional. Como un recluta muy buscado de Georgia en 2022, inicialmente se comprometió con Florida State antes de hacer un sorprendente cambio a Jackson State, la HBCU donde Sanders comenzó su carrera como entrenador. Esta decisión innovadora hizo de Hunter el primer jugador de élite en firmar con un programa de FCS directamente desde la escuela secundaria. A pesar de que las lesiones limitaron sus partidos en su temporada como novato, Hunter mostró destellos de brillantez que insinuaban su vasto potencial. En la temporada 2023, Hunter jugó asombrosos 688 snaps defensivos y 672 snaps ofensivos, demostrando efectivamente su capacidad de amenaza dual. Sus contribuciones a los Buffaloes fueron fundamentales para transformar un programa en dificultades que había registrado solo cuatro victorias el año anterior en un equipo competitivo que terminó con nueve victorias, casi conteniendo por un título de conferencia. Sus estadísticas hablan por sí solas; ocupa el quinto lugar a nivel nacional con 92 recepciones, el sexto con 1,152 yardas recibidas y el segundo con 14 recepciones de touchdown, mientras que también lidera a su equipo con cuatro intercepciones. La impresionante actuación de Hunter finalmente eclipsó la de Ashton Jeanty de Boise State, quien terminó en un cercano segundo lugar en la votación del Heisman. Jeanty, que tuvo una temporada excepcional con 2,497 yardas por tierra y 30 touchdowns, tenía la mira puesta en romper récords, pero el impacto sin precedentes de Hunter en ambos lados del balón resultó demasiado convincente para ignorar. La 90ª ceremonia del Heisman también marcó un notable cambio en las tendencias, ya que fue la primera vez desde 2015 que ningún mariscal de campo terminó entre los dos primeros, destacando la narrativa en evolución del premio más codiciado del fútbol americano universitario. El entrenador Deion Sanders, un miembro del Salón de la Fama, fue vocal en su apoyo a Hunter a lo largo de la temporada, enfatizando la singularidad de sus contribuciones. "Travis está haciendo algo que nunca hemos visto antes", declaró, mostrando la profundidad del impacto de Hunter no solo dentro del equipo, sino en el escenario nacional. El respaldo de Sanders tuvo peso, especialmente en un año en el que su hijo, el mariscal de campo Shedeur Sanders, también atrajo la atención por sus actuaciones. Mientras Hunter se prepara para el Alamo Bowl contra BYU, todas las miradas están puestas en su futuro en la NFL, donde se proyecta que será uno de los primeros jugadores seleccionados en el próximo draft. Hay considerable intriga en torno a la posición que finalmente jugará a nivel profesional, con muchos especulando si se concentrará en sus habilidades como receptor abierto o como jugador de defensa. Con su victoria en el Heisman, Hunter no solo grabó su nombre en los anales de la historia del fútbol de Colorado, sino que también estableció un nuevo estándar sobre lo que significa ser un atleta de amenaza dual en el fútbol americano universitario. A medida que la temporada llega a su fin, su influencia en el juego y la trayectoria de los Buffaloes sigue siendo innegable, señalando un futuro brillante tanto para él personalmente como para el programa de fútbol de Colorado.