Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El panorama del Manchester United sigue siendo tumultuoso mientras el co-propietario Sir Jim Ratcliffe se pone en el centro de atención, abordando tanto las preocupaciones de los aficionados como los desafíos que se avecinan para el histórico club. El reciente anuncio sobre un aumento en los precios de las entradas a mitad de temporada ha desatado una tormenta de descontento entre los seguidores, lo que llevó a Ratcliffe a participar en una extensa entrevista para aclarar su visión y planes para el equipo. Hablando con franqueza en el centro de entrenamiento Carrington del club, Ratcliffe enfatizó la necesidad de tomar decisiones difíciles para llevar al Manchester United de vuelta a su antiguo estatus de élite, un estatus que él reconoce ha disminuido significativamente en los últimos años. “El club ha estado a la deriva durante mucho tiempo, una década o más. El Manchester United se ha vuelto mediocre. No es de élite y se supone que debe ser uno de los mejores clubes de fútbol del mundo”, declaró Ratcliffe, reflexionando sobre la necesidad de cambios sustanciales. Los comentarios de Ratcliffe llegan tras la controvertida decisión del Manchester United de implementar un precio de £66 para las entradas de los partidos locales restantes, un movimiento que muchos aficionados perciben como el inicio de algo peor, presagiando aumentos más drásticos en el futuro. El panorama de Manchester está arraigado en el sentimiento de clase trabajadora, y la reacción de los aficionados es palpable. Ratcliffe reconoció la dificultad de equilibrar las necesidades de la comunidad con la generación de ingresos, afirmando: “Necesitamos asegurarnos de que las personas que son verdaderos seguidores puedan permitirse ir... Pero tenemos que equilibrar eso y optimizar nuestros ingresos por entradas”. La conversación también iluminó el compromiso de Ratcliffe de elevar las estrategias de reclutamiento del club, admitiendo que los esfuerzos pasados han sido insuficientes. “No hemos sido lo suficientemente buenos en el reclutamiento... Hasta que seamos tan buenos como cualquiera en el mundo, entonces no es suficiente para el Manchester United”, comentó, destacando la importancia de integrar un análisis de datos avanzado en estos esfuerzos. Señaló que el estado actual del análisis de datos en el club está desactualizado, diciendo: “Todavía estamos en el siglo pasado en el análisis de datos aquí”. La relación de Ratcliffe con los Glazers, a pesar de su controvertida propiedad, ha sido caracterizada como positiva. Los describió como “personas genuinamente amables” y enfatizó el respeto que tiene por ellos como aficionados del club. Sin embargo, esta dinámica viene con complicaciones, ya que muchos seguidores continúan albergando resentimientos hacia los Glazers por su gestión del club y las dificultades financieras que han surgido. La moral del personal, particularmente tras los recientes despidos, es otra preocupación que Ratcliffe abordó. Atribuyó la baja moral al pobre rendimiento en el campo, afirmando que el éxito naturalmente elevaría los ánimos dentro del club. “La moral será impulsada por el éxito en el campo... Si estamos ganando partidos, entonces debería ser bueno”, declaró, subrayando la correlación directa entre el rendimiento del equipo y la satisfacción interna. A medida que navega por las complejidades de la propiedad y las expectativas de los aficionados, Ratcliffe se mantiene firme en su ambición de restaurar al Manchester United a su lugar legítimo entre la élite del fútbol. “El objetivo no ha cambiado. La medida del éxito no ha cambiado. Siempre necesitamos estar desafiando por la Premier League y la Champions League”, concluyó, reconociendo la monumental tarea que tiene por delante. Para Ratcliffe, el camino hacia la redención del Manchester United no se trata solo de decisiones financieras y cambios estructurales; se trata de reconectar con la apasionada base de aficionados que ha estado al lado del club durante mucho tiempo. A medida que enfrenta los problemas críticos que tiene entre manos, los seguidores estarán observando de cerca, esperando un regreso a la gloria mientras lidian con las realidades del fútbol moderno.