Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la conversación sobre la salud física continúa evolucionando, el papel de la terapia física se está ampliando más allá de las asociaciones familiares de rehabilitación tras lesiones o cirugías. Muchas personas están comenzando a reconocer los beneficios significativos de la terapia física incluso en ausencia de lesiones. Este cambio de perspectiva es crucial para mejorar la salud física general y la movilidad. Los terapeutas físicos, a menudo vistos como los héroes anónimos de la salud ortopédica, pueden desempeñar múltiples roles. Joe Uhan, un terapeuta físico con sede en Eugene, Oregón, compara sus servicios con un "cuchillo suizo" de la salud, capaz de abordar diversas necesidades, desde manipular huesos similar a los quiroprácticos hasta proporcionar masajes terapéuticos y regímenes de ejercicios personalizados, similares a los ofrecidos por entrenadores personales. Esta versatilidad posiciona a los terapeutas físicos como socios valiosos no solo en la recuperación, sino también en la prevención y optimización del rendimiento físico. El cuidado preventivo, a menudo denominado "pre-habilitación", es un enfoque proactivo que puede ayudar a las personas a evitar lesiones antes de que ocurran. Según Uhan, los problemas en las rodillas pueden originarse por debilidades en los tobillos o caderas, que pueden abordarse a través de ejercicios específicos. Los atletas y las personas activas a menudo incorporan la terapia física preventiva en sus rutinas para mitigar el riesgo de lesiones que podrían interrumpir sus horarios de entrenamiento. Además, los médicos a veces recomiendan la pre-habilitación para preparar a los pacientes para cirugías próximas, enfatizando su importancia en la gestión integral de la salud. Para aquellos que sufren de problemas crónicos, como la tendinitis, la terapia física puede proporcionar información sobre las causas subyacentes, permitiendo a los profesionales elaborar planes de tratamiento personalizados. Maureen Soliman, terapeuta física en la Universidad de California, San Francisco, destaca que cualquier dolor persistente que interfiera con la vida diaria es una razón válida para consultar a un terapeuta físico. Si bien las lesiones agudas, como un desgarro en el tendón de Aquiles, requieren atención inmediata de profesionales médicos especializados, la terapia física se convierte en un componente crítico de la recuperación tras las cirugías. Sue Wenker, directora del programa de doctorado en terapia física en la Universidad de Wisconsin-Madison, señala que la rehabilitación postquirúrgica se centra en recuperar la fuerza y el rango de movimiento, a menudo guiada por el consejo de cirujanos ortopédicos. Encontrar al terapeuta físico adecuado puede influir significativamente en la efectividad del tratamiento. En EE. UU., muchos pacientes pueden buscar terapia física sin necesidad de una referencia, lo que facilita el acceso a la atención. Sin embargo, entender la cobertura del seguro es esencial, ya que los costos de bolsillo pueden ser sustanciales. Las recomendaciones de fuentes confiables, como amigos o clubes deportivos locales, también pueden ser invaluables para identificar a un terapeuta que se alinee con las necesidades individuales. La compatibilidad personal con un terapeuta es crítica; Nicole Gruefe, científica del deporte en Training Haus en Minneapolis, enfatiza la importancia de sentirse cómodo con el enfoque del terapeuta, ya sea más cariñoso o más asertivo. Además, muchos terapeutas físicos se especializan en lesiones específicas o disciplinas atléticas, lo que hace crucial encontrar a alguien cuya experiencia coincida con la situación particular del paciente. Al evaluar a posibles terapeutas, las credenciales son importantes. Los terapeutas físicos en EE. UU. suelen pasar tres años de formación de posgrado, y muchos tienen certificaciones adicionales. Gruefe aconseja a los pacientes que consideren a aquellos con certificaciones de la junta en especialidades ortopédicas o de fuerza y acondicionamiento, lo que puede mejorar aún más la experiencia terapéutica. A medida que los pacientes se preparan para sus primeras sesiones, es beneficioso venir equipados con una comprensión clara de sus preocupaciones. Compartir movimientos específicos que provocan dolor puede guiar a los terapeutas en la creación de un plan de tratamiento personalizado. La participación activa en las sesiones también es esencial, con énfasis en ejercicios diseñados para la práctica en casa. El Dr. Chris Bailey anima a los clientes a ser transparentes sobre su compromiso con las rutinas de ejercicio, ya que la práctica constante mejora significativamente la efectividad de la terapia. En última instancia, la terapia física debe verse como un componente integral de la salud y el bienestar, no solo como un recurso para la recuperación. Ya sea para prevenir lesiones, rehabilitarse de una cirugía o mejorar el rendimiento físico, interactuar con un terapeuta físico puede ofrecer beneficios profundos: un paso proactivo hacia una vida más saludable y activa.