Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un mundo que a menudo pasa por alto el potencial de las personas con discapacidades, Doaa Shayea se erige como un testimonio de resiliencia y empoderamiento. La para powerlifter de Plymouth, de 26 años, nacida con espina bífida, ha convertido sus desafíos personales en una fuente de fortaleza, atribuyendo tanto su fe como su dedicación al deporte como guías en su camino hacia la paz interior. La infancia de Shayea estuvo marcada por una profunda lucha con la autoestima, ya que sentía que la sociedad subestimaba constantemente sus capacidades debido a su condición. Sin embargo, en lugar de permitir que estas percepciones sociales la definieran, emprendió una búsqueda de comprensión, sumergiéndose en las enseñanzas de su fe musulmana. “De alguna manera me acerqué y comprendí mi religión, investigué más y encontré esa paz interior”, reflexiona. Esta exploración no solo le proporcionó consuelo espiritual, sino que también encendió una nueva confianza que antes había considerado inalcanzable. Junto a su viaje espiritual, Shayea descubrió el poder transformador del deporte. “El deporte fue algo en lo que me sumergí; fue una escapatoria, una terapia para mí”, explica. Participar en el para powerlifting le permitió canalizar sus energías en un entorno estructurado donde sus habilidades físicas podían florecer. Le proporcionó un sentido de propósito y una comunidad de personas afines que celebraban la fuerza y la tenacidad, sin importar las limitaciones físicas. La historia de Shayea destaca la intersección de la fe y el atletismo, ilustrando cómo ambos pueden servir como pilares significativos para las personas que buscan superar obstáculos personales. Su compromiso con el para powerlifting no solo desafía los estereotipos sobre las personas con discapacidades, sino que también promueve una narrativa de empoderamiento, animando a otros a abrazar su potencial. A medida que Shayea continúa su viaje, espera inspirar a otros que enfrentan desafíos similares. Aboga por una mayor visibilidad y reconocimiento para los atletas con discapacidades, enfatizando que no solo se definen por sus condiciones, sino por sus aspiraciones y logros. Su dedicación sirve como recordatorio de que el deporte puede ser una vía profunda para la sanación y el autodescubrimiento. A través de su trayectoria, Doaa Shayea ejemplifica cómo la combinación de fe y deporte puede forjar un camino hacia la autoaceptación y el empoderamiento. Mientras levanta pesas, también eleva el espíritu de quienes la rodean, demostrando que la verdadera fuerza no reside solo en la capacidad física, sino en el coraje de superar la adversidad y abrazar plenamente la propia identidad.