Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que el fútbol femenino sigue ganando popularidad en África, está surgiendo un desafío significativo, aunque a menudo pasado por alto: el estigma que rodea la salud menstrual de las jugadoras. El tabú en torno a la menstruación puede tener un impacto profundo en el rendimiento y el bienestar de las atletas, lo que lleva a oportunidades perdidas y a una disminución de la confianza en el campo. La internacional keniana Esse Akida, que ha jugado profesionalmente en Europa, ofrece una perspectiva única sobre este tema. Al reflexionar sobre sus experiencias, señaló un marcado contraste entre las actitudes hacia la salud menstrual en Europa y en su hogar en Kenia. "En los equipos para los que he jugado profesionalmente, teníamos la opción de no jugar durante nuestra menstruación", explicó Akida. "Pero aquí en Kenia eso no estaba disponible." Esta falta de apoyo puede dificultar que las jugadoras manejen sus cuerpos durante un momento que muchas mujeres encuentran inherentemente incómodo. Los comentarios sinceros de Akida ponen de relieve la necesidad urgente de educación y recursos sobre la salud menstrual en el fútbol africano. Recordó instancias en las que compañeras de equipo con flujo menstrual abundante luchaban por participar de manera efectiva, mientras que ella misma ha tenido que adaptarse a jugar en condiciones menos que ideales. "He anotado durante mi menstruación, pero no se siente cómodo", admitió. Tales experiencias revelan la falta de comprensión y de adaptaciones que pueden dejar a las atletas sintiéndose desamparadas y malinterpretadas. La conversación sobre la salud menstrual en el deporte está ganando impulso a nivel mundial, con muchas organizaciones abogando por políticas y prácticas más integrales. Sin embargo, en África, donde las actitudes culturales hacia la menstruación pueden ser particularmente conservadoras, el camino hacia la normalización de estas discusiones sigue estando lleno de desafíos. Akida elaboró sobre una situación en la que confió en su entrenador acerca de su incomodidad, solo para que sus comentarios fueran malinterpretados como una falta de compromiso con el equipo. "Parecía que no quería jugar porque me sentía como una superestrella", compartió, destacando los estereotipos dañinos que pueden surgir de la falta de conciencia. A medida que el fútbol femenino continúa creciendo, es vital que los clubes, entrenadores y organismos de gobierno aborden la salud menstrual de manera abierta. Romper el silencio en torno a este proceso biológico natural puede empoderar a las atletas femeninas, asegurando que tengan el apoyo que necesitan para rendir al máximo. Esto incluye proporcionar educación sobre higiene menstrual, abogar por horarios de entrenamiento y partidos flexibles, y fomentar un entorno donde las jugadoras se sientan seguras al discutir su salud sin temor al estigma. El futuro del fútbol femenino en África no solo depende de crear oportunidades, sino también de cultivar una cultura de comprensión y apoyo. Al abordar el tabú en torno a la salud menstrual, el deporte puede prosperar realmente, permitiendo a atletas femeninas como Esse Akida concentrarse en lo que mejor saben hacer: jugar el juego que aman.