Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Vietnam se enfrenta a una de las peores tragedias naturales del año, tras la llegada del tifón Yagi, que, según los últimos informes, ha dejado un saldo devastador de 65 muertos y 39 desaparecidos en el país. La mayoría de las víctimas son consecuencia de deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas, que han azotado especialmente las regiones del norte, como las provincias de Cao Bang y Lao Cai. Esta situación crítica ha provocado un estado de alerta entre las autoridades y los ciudadanos, ante el inminente riesgo de nuevas lluvias y desastres naturales. El tifón, que tocó tierra el pasado fin de semana, ha sido catalogado como el más fuerte de Asia en lo que va del año, arrastrando consigo vientos de hasta 149 kilómetros por hora. El impacto ha sido devastador: al menos 752 personas han resultado heridas y aproximadamente 48,000 viviendas han sufrido daños significativos. Asimismo, se estima que alrededor de 150,000 hectáreas de arrozales han sido afectadas, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria en una región que ya enfrenta desafíos económicos. A pesar de que el tifón comienza a alejarse, la agencia de meteorología de Vietnam ha advertido sobre la posibilidad de más lluvias, lo que incrementa el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra en áreas ya afectadas. Las autoridades de Hanói, que hasta el momento solo han reportado un deceso, han elevado la alerta ante la amenaza de que el río Rojo se desborde, lo que podría agravar la situación en las calles de la capital, donde la infraestructura se ve cada vez más comprometida. Entre los desaparecidos se encuentran ocho personas que, según informes, cayeron a un río tras el colapso del puente Phong Chau en la provincia de Phu Tho. Este derrumbe no solo ha causado la desaparición de vidas humanas, sino que también ha arrastrado al menos diez vehículos y dos motocicletas al agua. Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer las causas que llevaron a la caída de esta infraestructura crítica, un incidente que ha añadido más angustia a la ya difícil situación que atraviesan los habitantes de la región. Las consecuencias del tifón Yagi no se limitan al territorio vietnamita. Durante su ruta destructiva, el tifón también impactó a la isla de Hainan, al sur de China, donde dejó un saldo de al menos dos muertos y 92 heridos, además de interrumpir el suministro eléctrico a más de 1.5 millones de hogares. Antes de eso, Yagi había atravesado Luzón, en Filipinas, donde se reportaron 20 muertos, 26 desaparecidos y 22 heridos, evidenciando la magnitud del desastre en múltiples países de la región. La respuesta de los equipos de emergencia en Vietnam ha sido rápida, pero los desafíos son enormes. Las autoridades locales están trabajando alrededor del reloj para rescatar a los desaparecidos y proporcionar ayuda a los afectados. Sin embargo, la magnitud de los daños ha dificultado el acceso a algunas de las áreas más devastadas, y la preocupación por la salud y el bienestar de los sobrevivientes crece con cada hora que pasa. Los expertos en desastres naturales advierten que el cambio climático ha contribuido a la intensificación de fenómenos meteorológicos como el tifón Yagi, lo que requiere que los países de la región implementen medidas de prevención más efectivas y mejoren su infraestructura para hacer frente a estos eventos. La vulnerabilidad de Vietnam, un país que ha enfrentado históricamente desastres naturales, resalta la necesidad urgente de estrategias a largo plazo para mitigar los efectos de futuros tifones. Mientras tanto, la población, que ya se encuentra en estado de shock por la magnitud de la tragedia, busca consuelo y apoyo en sus comunidades. Los actos de solidaridad y los esfuerzos de ayuda humanitaria se han multiplicado, con ciudadanos y organizaciones no gubernamentales uniendo fuerzas para brindar asistencia a los afectados. Este espíritu de unidad en tiempos de crisis es un rayo de esperanza en medio del dolor y la pérdida. El tifón Yagi ha dejado una huella imborrable en Vietnam, no solo en términos de pérdidas humanas y materiales, sino también en el recordatorio de la fragilidad de la vida frente a la fuerza implacable de la naturaleza. A medida que el país se recupera, la resiliencia de su gente será puesta a prueba una vez más, en un camino hacia la reconstrucción y la sanación.