Galilea Fuentes: la joven promesa del vóley peruano que inspira a las nuevas generaciones

Galilea Fuentes: la joven promesa del vóley peruano que inspira a las nuevas generaciones

Galilea Fuentes, a sus 14 años, brilla en el vóley peruano, combinando deporte con estudio y siendo un ejemplo de perseverancia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes 05.09.2024

Galilea Fuentes, la joven promesa del vóley peruano, continúa dejando huella en el mundo del deporte. A sus apenas 14 años, su trayectoria es un ejemplo de perseverancia y dedicación, algo que la ha llevado a ser considerada un modelo a seguir para muchas niñas en su natal Cusco. En una reciente entrevista, Galilea compartió sus experiencias y reflexiones sobre su carrera, sus sueños y la presión que siente al ser una figura pública en el ámbito del vóley. El año pasado, durante el Sudamericano Sub 16, Galilea fue una de las grandes figuras del equipo peruano, contribuyendo significativamente a la clasificación al Mundial que se realizó en Lima. A pesar de su juventud, la atleta se siente cómoda en su papel y no se deja abrumar por las expectativas. “No me presiono, porque soy la menor del grupo. Todo lo que pase me ayuda a seguir aprendiendo”, aseguró con una madurez sorprendente para su edad. Su camino hacia el vóley comenzó de manera inesperada. Con un pasado en la natación, Galilea se inclinó hacia el vóley gracias a un profesor que vio en ella un gran potencial. Desde entonces, su vida dio un giro radical que la llevó a dejar su hogar en Cusco para mudarse a Lima con el objetivo de perseguir sus sueños deportivos. “Fue todo sacrificado, pero mis padres me apoyaron bastante. Sin ellos, no podría haber llegado hasta aquí”, comentó la joven con gratitud. La decisión de mudarse a la capital no fue fácil. Galilea tuvo que dejar atrás su vida familiar y sus amigos en Cusco, un lugar que describe como tranquilo y familiar. Sin embargo, la llegada a Lima también significó una nueva oportunidad en su carrera. “Al principio, fue complicado adaptarme, pero ahora me siento en casa. Mis compañeras me han recibido con los brazos abiertos, y siento que somos como una familia”, expresó. Además de sus sueños deportivos, Galilea también tiene aspiraciones académicas. A pesar de su dedicación al vóley, sueña con convertirse en doctora y trabajar en el extranjero. “Sé que el deporte puede abrirme muchas puertas, pero quiero tener un equilibrio entre ambas pasiones”, reflexionó. Esta visión clara de su futuro es un testimonio de su madurez y enfoque. La competitividad en el vóley juvenil puede ser feroz, y Galilea es consciente de ello. “Siempre hay presión por ganar, pero mis padres me recuerdan que lo más importante es aprender y crecer. Tenemos psicólogos en el equipo que nos ayudan a manejar la presión y a prepararnos para cualquier resultado”, comentó. Este enfoque positivo es clave para su desarrollo tanto personal como deportivo. Sobre su vida en Cusco, Galilea guarda un cariño especial. “La Municipalidad y la Liga del Wánchaq me apoyaron mucho. Eso me motiva a seguir adelante, porque sé que represento a todas las chicas que sueñan con estar en mi lugar”, afirmó, resaltando su papel como embajadora del vóley en su comunidad. Esta conexión con sus raíces es un motor que la impulsa a dar lo mejor de sí misma en cada partido. La relación con sus compañeras de equipo también ha evolucionado notablemente. Si bien al inicio no se conocían bien, Galilea ahora se siente parte integral del grupo. “Nos cuidamos mutuamente, especialmente cuando he estado en la banca. Mis compañeras me apoyan a ver las jugadas y me dan confianza”, indicó, subrayando el sentido de camaradería que se ha desarrollado dentro del equipo. Con la mirada en el futuro, Galilea espera seguir cosechando éxitos en su carrera deportiva. En cuanto al apoyo de los hinchas peruanos, manifestó su deseo de que la gente esté con ellas en las buenas y en las malas. “Es bonito sentir el apoyo de la gente, pero también es importante que comprendan que somos jóvenes y que siempre estamos aprendiendo”, concluyó con una sonrisa. En un mundo donde muchas veces se pone en duda la capacidad de los jóvenes, Galilea Fuentes se erige como un ejemplo de dedicación y esfuerzo, no solo en el vóley, sino en la vida. Su historia es un recordatorio de que, con pasión y perseverancia, todo es posible.

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