Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una conmovedora demostración de resiliencia y determinación, la británica Natasha Baker aseguró su novena medalla paralímpica en equitación con un bronce en el evento individual de Grado III en los Juegos Paralímpicos de París 2024. La jinete de 34 años, que navega por el delicado equilibrio entre la competencia y la maternidad, mostró su increíble talento montando a su amado caballo, Dawn Chorus, cariñosamente conocido como Lottie. El regreso de Baker a la arena competitiva marca un significativo retorno después de dos años alejada del deporte, tras dar la bienvenida a su hijo Joshua en abril de 2023. Al reflexionar sobre su viaje, Baker comparó su experiencia como madre y atleta con "tener un millón de pestañas abiertas en tu computadora", una metáfora que encapsula los desafíos de equilibrar sus responsabilidades. Sin embargo, expresó una inmensa gratitud hacia su equipo de apoyo, que ha sido fundamental en su camino de regreso a la cima de la equitación. Con una puntuación de 73.167, la actuación de Baker la colocó en tercer lugar, detrás de la número uno del mundo, Rebecca Hart de EE. UU., quien ganó la medalla de oro con una puntuación de 77.900, y la medallista de plata, Rixt van der Horst de los Países Bajos, que obtuvo 76.433. Si bien los logros de Baker son dignos de reconocimiento, enfatizó que la oportunidad de competir en sus cuartos Juegos junto a su familia tiene una importancia mucho mayor que las medallas en sí. En un momento emocional durante su entrevista posterior a la competencia, Baker habló sobre la alegría de compartir este hito con su joven familia. "Estoy tan emocionada, ella [Dawn Chorus] fue una verdadera estrella", dijo, con la voz teñida de emoción. Las sentidas palabras de Baker resonaron en muchos, ya que compartió que, aunque extrañó ver a Joshua esa mañana debido a los preparativos tempranos, se aseguró de enviarle un beso al final de su prueba. La compañera de equipo de Baker, Georgia Wilson, también contribuyó al éxito de Gran Bretaña, logrando una medalla de bronce en la competición de Grado II montando a su caballo, Sakura. Mientras tanto, Mari Durward-Akhurst, quien estaba clasificada como número uno en la categoría de Grado I, enfrentó la decepción al no alcanzar el podio. Las tres jinetes regresarán a la arena para las competiciones de freestyle individual el sábado, habiendo clasificado a través de sus mejores posiciones. La anticipación por sus próximas actuaciones resalta no solo sus talentos individuales, sino también la camaradería y determinación que une a estos atletas. A medida que continúan los Juegos Paralímpicos de París 2024, el viaje de Baker se erige como un testimonio de la fortaleza de los atletas que enfrentan desafíos personales de frente mientras luchan por la excelencia en su deporte. Su historia sirve de inspiración para muchos, ilustrando que, en medio de las exigencias de la competencia y la maternidad, el amor por el deporte y la familia puede entrelazarse de manera hermosa.