Crisis de Identidad en Clemson: Swinney Enfrenta una Brecha Creciente Entre los Tigers y la Élite Universitaria.

Crisis de Identidad en Clemson: Swinney Enfrenta una Brecha Creciente Entre los Tigers y la Élite Universitaria.

Las dificultades de Clemson continúan tras una humillante derrota de 34-3 ante Georgia, lo que genera preocupaciones sobre el futuro del entrenador Swinney y la dirección del programa.

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Deportes 01.09.2024

ATLANTA -- El entrenador Dabo Swinney siempre tendrá sus dos campeonatos nacionales. Clemson siempre le estará agradecido por devolverle la vida al programa y por entregar el primer título de la escuela desde 1981. Cuando algún día se retire del fútbol, su lugar en el Salón de la Fama del Fútbol Universitario estará esperándolo. Pero Swinney y el programa de Clemson han perdido el rumbo. Los Tigers no han sido contendientes nacionales desde la temporada 2020, la última vez que jugaron en los playoffs de fútbol universitario. El contraste fue evidente el sábado en el estadio Mercedes-Benz, donde Clemson se enfrentó al No. 1, Georgia. El resultado, una desalentadora derrota por 34-3, sirvió como un duro recordatorio de la creciente brecha entre Clemson y los programas élite del fútbol universitario. "Al final del día," admitió Swinney, "simplemente nos dieron una paliza." El partido del sábado se sintió inquietantemente similar a las luchas pasadas de Clemson, reflejando los mismos problemas persistentes que han atormentado al equipo desde la salida del mariscal de campo estrella Trevor Lawrence y su talentoso elenco de apoyo. La ofensiva, que había prometido mejorar y crecer durante la temporada baja, tropezó al inicio. Clemson consiguió apenas dos primeros downs en la primera mitad y concluyó el partido con solo 188 yardas totales. El mariscal de campo junior Cade Klubnik, aunque se le dio la responsabilidad de liderar la ofensiva, parecía abrumado, con sus receptores contribuyendo al rendimiento mediocre a través de conexiones fallidas y penales. La defensa, inicialmente considerada como el punto fuerte del equipo, mantuvo a Georgia en solo seis puntos y 34 yardas por tierra en la primera mitad. Sin embargo, la segunda mitad contó una historia diferente, ya que los tackles fallidos y los astutos ajustes ofensivos de Georgia llevaron a un sorprendente cambio. Los Tigers lograron solo tres puntos después del medio tiempo, mientras que los Bulldogs anotaron 28 puntos sin respuesta. "Habrá algunas cosas que podemos sacar de esto y construir para la temporada," comentó Swinney. "(Pero) eso no quita el hecho de que simplemente te dieron una paliza en el tercer y cuarto cuarto." El reconocimiento sincero de Swinney sobre la derrota fue refrescante, especialmente al expresar su arrepentimiento a los aficionados y atribuir la derrota únicamente a sí mismo como entrenador principal. Sin embargo, la dura realidad para los Tigers es que este humillante revés podría significar una nueva norma para el programa. Clemson tiene el potencial de recuperarse y convertirse en un equipo sólido en 2024, posiblemente logrando victorias de dos dígitos y compitiendo en los playoffs de fútbol universitario ampliados si pueden asegurar victorias en la ACC. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿es simplemente ser bueno suficiente en Clemson? Después de todo, el programa alcanzó la prominencia bajo el liderazgo de Swinney, derrotando a Alabama en dos ocasiones en partidos de campeonato. La expectativa de competir al más alto nivel sigue vigente. Si bien los seguidores tienen toda la razón para sentirse frustrados al ver a los antiguos gigantes del fútbol universitario luchar, está claro que la brecha entre Clemson y equipos de primer nivel como Georgia está creciendo. Los Bulldogs, que probablemente serán el oponente más formidable que Clemson enfrentará esta temporada, mostraron una combinación de tamaño, fuerza, velocidad y adaptabilidad que los Tigers no pudieron igualar. "Esta noche fue mala," admitió Swinney, reconociendo la destreza de Georgia. "Georgia va a hacer que mucha gente se vea mal, y nos hicieron ver mal esta noche, pero volveremos al trabajo el lunes y mejoraremos." Un punto notable de controversia para Clemson ha sido la renuencia de Swinney a abrazar el portal de transferencias, una estrategia que se ha vuelto cada vez más popular entre los programas universitarios que buscan reforzar sus plantillas. Con Clemson siendo una de solo cuatro escuelas de FBS que optaron por no utilizar el portal esta temporada baja, persisten las preguntas sobre la efectividad de esa decisión. "La gente va a decir lo que quiera decir," mantuvo Swinney, respondiendo a los críticos. "Pero hacemos lo que es mejor para Clemson año tras año." Además, la derrota destacó otros problemas subyacentes. La salida de mariscales de campo como Lawrence y Deshaun Watson ha dejado un estándar casi inalcanzable para Klubnik y los futuros jugadores. El cuerpo de receptores, que antes era confiable, luchó por rendir, con el receptor líder de Clemson, Tyler Brown, logrando solo tres recepciones para 25 yardas. Los talentos de primer año como T.J. Moore y Bryant Wesco, a quienes Swinney había elogiado, tuvieron un tiempo de juego mínimo. A medida que los Tigers miran hacia adelante, enfrentan el desafío de construir la confianza de Klubnik a tiempo para un enfrentamiento crucial contra Appalachian State la próxima semana. La ofensiva debe encontrar respuestas, y la defensa necesitará adaptarse bajo la dirección del coordinador Wes Goodwin para asegurar el éxito futuro. Por ahora, hasta que el equipo pueda demostrar una mejora significativa, sigue siendo difícil depositar fe en el potencial de Clemson. "No entregaron un trofeo de campeonato nacional esta noche. No perdimos la ACC esta noche," dijo Swinney. "Nos dieron una paliza en un juego, y nos queda un largo camino por recorrer. Vamos a jugarlo y ver qué pasa."

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