Preparación ante terremotos: claves para garantizar tu seguridad en España

En un país como España, donde la actividad sísmica, aunque moderada en comparación con otros lugares del mundo, es una realidad, es fundamental estar preparado ante la eventualidad de un terremoto. Según datos proporcionados por el Instituto Andaluz de Geofísica, España experimenta aproximadamente 2.500 terremotos al año, pero solo alrededor de dos al mes son percibidos por la población. A pesar de su baja frecuencia, la preparación es crucial, especialmente en zonas de alta actividad sísmica. La prevención comienza antes de que ocurra el temblor. Es recomendable que los hogares cuenten con un botiquín de primeros auxilios, linternas y pilas. Además, es vital conocer cómo desconectar el suministro de luz, gas y agua. Tener un plan de actuación en caso de emergencia, que incluya un lugar de encuentro para la familia, es una medida esencial para garantizar la seguridad de todos. Un aspecto importante a considerar son los números de emergencia. Aunque existe un número centralizado como el 112 para todas las emergencias, es útil tener a mano los contactos de Protección Civil, bomberos, servicios sanitarios y policía. Esto puede facilitar la comunicación en situaciones críticas y ayudar a coordinar la respuesta ante un desastre. Si resides en una zona con alta actividad sísmica, es aconsejable evitar colocar objetos pesados sobre muebles altos y asegurar armarios a las paredes. La estructura del hogar debe ser revisada periódicamente para asegurarse de que esté en condiciones seguras y resistentes a posibles temblores. Durante un terremoto, el primer consejo que suelen dar los expertos es mantener la calma. Generalmente, si el temblor no es muy fuerte, durará poco. Sin embargo, si se siente el temblor con más intensidad, es fundamental saber qué hacer para minimizar el riesgo. Si estás dentro de un edificio, la recomendación es permanecer allí y buscar una zona de seguridad, como debajo de una mesa o junto a un sofá, mientras que si te encuentras en el exterior, lo mejor es permanecer fuera y alejarse de estructuras que puedan ser peligrosas. Dentro de los edificios, se deben evitar las paredes exteriores, ventanas y objetos pesados que pueden caer. Además, nunca se debe utilizar el ascensor, ya que en una situación de emergencia, esto podría provocar accidentes. En caso de que se produzca un incendio, es crucial apagarlo de inmediato, evitando el uso de cerillas u objetos que generen llamas durante o después del temblor. Al estar en el exterior, es esencial alejarse de cables eléctricos, cornisas y otros elementos que puedan colapsar. Dirigirse hacia áreas abiertas y evitar correr es una medida que puede ayudar a prevenir accidentes adicionales. Al llegar a un lugar seguro, se debe comprobar si hay heridos y prestar asistencia si es posible, teniendo en cuenta que los heridos graves no deben ser movidos a menos que se sepa cómo hacerlo adecuadamente. Tras un fuerte temblor, es igualmente importante verificar el estado de las conducciones de agua, gas y electricidad. En caso de duda, es mejor cerrar las llaves de paso generales y notificar a los técnicos o autoridades competentes. Durante las emergencias, se debe restringir el uso del teléfono, salvo en casos de extrema urgencia, para evitar colapsar las líneas de comunicación. Finalmente, es crucial mantenerse informado. Conectar la radio puede ser una forma efectiva de recibir instrucciones y actualizaciones de las autoridades sobre la situación. Después de una sacudida severa, los ciudadanos deben proceder con precaución al abandonar el edificio, teniendo en cuenta que pueden haber daños estructurales y el riesgo de réplicas. Las réplicas son comunes después de un terremoto fuerte y pueden causar daños adicionales. Por ello, las recomendaciones de Protección Civil y las directrices oficiales deben ser seguidas de manera rigurosa para garantizar la seguridad de todos. La preparación y el conocimiento son las mejores herramientas para enfrentar un evento sísmico y minimizar sus consecuencias.