Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Ha sido una semana llena de drama, contradicciones y el habitual encanto caótico del fútbol. Comencemos con el Chelsea, un club que continúa desafiando tanto la lógica como la claridad en medio de lo que parece ser una temporada turbulenta. A simple vista, la situación parece desesperada para los Blues. Se han separado de un talento local como Conor Gallagher, han traído de vuelta a Joao Félix—cuyo paso anterior fue menos que estelar—y han dejado de lado a Raheem Sterling, su tercer máximo goleador de la temporada pasada. La ironía es difícil de ignorar: el Chelsea, con su amplio plantel y elevados precios, podría parecer un niño en una fiesta que sigue pidiendo otra ronda pero termina solo en la pista de baile, cuidando una bebida que es demasiado fuerte. El entrenador principal Enzo Maresca intentó restarle importancia al caos, afirmando: “No es un desastre como parece desde fuera”, como si la instalación de un tercer vestuario para sus marginados fuera solo un proyecto de mejora del hogar rutinario. Un asombroso valor de £336 millones de talento no deseado ahora está entrenando lejos del primer equipo, lo que sugiere que la juerga de gastos del club se ha convertido en un costoso juego de sillas musicales. Sin embargo, el equipo de redes sociales del Chelsea parece no verse afectado por el tumulto. Celebraron el regreso de Félix y compartieron un nostálgico video homenaje a Gallagher, cargado de sentimiento pero convenientemente ignorando su relegación a la banca. Mientras tanto, el club lidia con las repercusiones de la controvertida publicación en redes sociales de su capitán Enzo Fernández, que desató discusiones sobre racismo y discriminación—una mancha que el club declaró apresuradamente resuelta. Mientras tanto, el Tottenham Hotspur ha emergido como el improbable modelo de gestión responsable en el fútbol, según Fair Game. Calificado como el club mejor gestionado en el fútbol masculino inglés por su sostenibilidad financiera y gobernanza, los Spurs están disfrutando de una ola de elogios incluso mientras su rendimiento en el campo sigue siendo un tema de debate. El segundo lugar en este peculiar ranking fue para nada menos que el Manchester United, un recordatorio de que incluso en medio del caos, algunos clubes parecen estar haciéndolo bien en la sala de juntas. En un movimiento que levanta cejas, el Manchester City se ha asociado con Yili Group, el mayor productor de lácteos de Asia, culminando en una desconcertante exhibición de branding. Con Jack Grealish prestando su imagen a la campaña, uno solo puede preguntarse qué depara el futuro para los patrocinios en el fútbol. Quizás lo próximo que veamos sean clubes alineándose con marcas de zapatos o compañías de refrescos que promuevan el “espíritu de equipo” como parte de su discurso de ventas. En noticias menos caóticas pero igualmente desconcertantes, el Preston North End está acaparando titulares por su carrusel de entrenadores. Tras una decepcionante derrota en el día inaugural, el director Peter Ridsdale decidió cortar lazos con el entrenador Ryan Lowe, lo que llevó a una breve gestión de Mike Marsh antes de que él también se retirara. Ahora, con Paul Heckingbottom al mando, el Preston está a punto de hacer historia al convertirse en el primer club desde 1975 en emplear a tres entrenadores en los primeros tres partidos de liga de la temporada. La emoción entre los aficionados puede necesitar ser moderada con cautela, mientras se preparan para una campaña impredecible por delante. A medida que el mundo del fútbol se agita con su habitual mezcla de absurdidad, contradicciones y resultados inesperados, una cosa queda clara: el hermoso juego siempre nos mantendrá adivinando, y a veces riendo, mientras navegamos por la montaña rusa que es la vida futbolística.