Juan Brignardello Vela
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Gemma Dryburgh se está preparando para una semana crucial en el Women's Open, que se celebra en el icónico St Andrews, con ambiciones que van más allá del torneo en sí. La golfista de 31 años, originaria de Aberdeen, tiene la vista puesta en un codiciado lugar en el equipo europeo de la Solheim Cup, que se enfrentará a Estados Unidos el próximo mes en Virginia. La determinación de Dryburgh es palpable, especialmente después de su contribución al éxito de Europa en la pasada Solheim Cup, donde desempeñó un papel crucial para ayudar al equipo a recuperarse de un comienzo desastroso y empatar el partido 14-14. Actualmente, Dryburgh se encuentra en una posición desafiante. No está en contienda por uno de los lugares de clasificación automática, lo que significa que sus esperanzas dependen de la posibilidad de ser seleccionada por la capitana Suzanne Peterson. "Ha sido un gran objetivo para mí volver a ese equipo", expresó Dryburgh a BBC Sport Scotland. "Espero que una buena semana aquí quizás me consiga una selección. Muero por estar allí y tengo eso en mente." Su dedicación al deporte y al equipo es evidente, y un buen desempeño en Escocia podría ser el billete que necesita para asegurar su lugar. Aunque Dryburgh solo ha jugado en el legendario Old Course de St Andrews una vez antes, sus gratos recuerdos de la zona son profundos. De niña, visitaba con frecuencia y disfrutaba del acuario local y el famoso putting green Himalayas, donde desarrolló un temprano amor por el golf. "Solía venir aquí mucho cuando era niña", recordó. "En un momento, cuando era más joven, conocía cada panel del acuario y todos los datos y cifras, pero estoy feliz de estar jugando al golf esta vez." Su conexión con St Andrews añade una capa de significado al evento de esta semana, lo que la hace aún más ansiosa por rendir bien. Con el mundo del golf observando, Dryburgh ha marcado este evento en su calendario durante años, entendiendo el prestigio de competir en un terreno tan sagrado. "Pensarías que habría jugado aquí más, pero sí, estoy muy emocionada", dijo, reconociendo la importancia del lugar. "Es lo más icónico en el golf jugar en St Andrews." A medida que se acerca el Women's Open, todas las miradas estarán puestas en Dryburgh, quien no solo busca brillar en el campo, sino también consolidar su lugar entre la élite de Europa en la próxima Solheim Cup. Su trayectoria refleja una mezcla de nostalgia, ambición y pasión—cualidades que la convierten en una competidora destacada en el mundo del golf femenino.