Los Ravens enfrentan una apuesta de alto riesgo con una línea ofensiva no probada antes del inicio de la temporada.

Los Ravens enfrentan una apuesta de alto riesgo con una línea ofensiva no probada antes del inicio de la temporada.

A medida que se acerca la temporada de la NFL, los Ravens enfrentan preocupaciones sobre su línea ofensiva inexperta, crucial para proteger a Jackson y ayudar en el juego de carrera.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Deportes 18.08.2024

A medida que se acerca la temporada regular de la NFL, los Baltimore Ravens se encuentran en una posición precaria con respecto a su línea ofensiva. La franquicia ha presumido durante mucho tiempo de su capacidad para seleccionar y desarrollar talento, una afirmación respaldada por el impresionante número de exjugadores de los Ravens que actualmente forman parte de las plantillas en toda la liga. Sin embargo, mientras se preparan para enfrentar a los campeones defensores, los Kansas City Chiefs, en unas pocas semanas, surgen grandes dudas sobre sus jóvenes linieros ofensivos. El gerente general de los Ravens, Eric DeCosta, y su predecesor, Ozzie Newsome, han cultivado una organización que prospera en la autoconfianza. Su inquebrantable fe en sus jugadores es tanto encomiable como, en ocasiones, rozando la arrogancia. Esta confianza está siendo puesta a prueba actualmente, particularmente con la línea ofensiva, que se someterá a una importante reestructuración tras la salida de tres titulares: los guardias Kevin Zeitler y John Simpson, y el tackle derecho Morgan Moses. La única nueva incorporación externa ha sido el pick de segunda ronda, Roger Rosengarten, y el compromiso del equipo con su talento joven existente levanta cejas. Hay un riesgo palpable en confiar en jugadores no probados para proteger al mariscal de campo Lamar Jackson y crear espacios para el recién adquirido corredor Derrick Henry. Los Ravens no han realizado adiciones notables para fortalecer una unidad que será crítica para su éxito. Con el día de recortes acercándose, queda por ver si los Ravens reforzarán su línea ofensiva o seguirán confiando en su plantilla actual, que ya ha mostrado signos de lucha. Durante su reciente victoria en la pretemporada sobre los Atlanta Falcons, los Ravens alinearon un equipo con tres posibles titulares, mientras que nombres veteranos como Tyler Linderbaum y Ronnie Stanley observaban desde la línea lateral debido a lesiones. La actuación generó preocupaciones, particularmente por la incapacidad de la línea ofensiva para establecer un juego de carrera contra una defensa de los Falcons que estaba descansando a la mayoría de sus titulares. Los Ravens promediaron apenas 2.4 yardas por acarreo, una estadística que habla volúmenes sobre los desafíos que ha enfrentado la joven línea este verano. Si bien la ausencia de Jackson y Henry en la pretemporada ha contribuido a esta falta de producción ofensiva, las luchas en la línea no pueden pasarse por alto. La decisión del equipo de mantener el juego de llamadas simple durante la pretemporada plantea preguntas sobre si están preparando adecuadamente a sus jóvenes linieros para las complejidades del fútbol de temporada regular. El entrenador en jefe, John Harbaugh, reconoció el rendimiento mixto de la línea ofensiva, destacando que un análisis más profundo aclararía el alcance de sus problemas. Además, los Ravens están lidiando con la reciente noticia de que su entrenador de línea ofensiva, Joe D'Alessandris, está ausente del equipo debido a problemas de salud. Este desarrollo podría complicar aún más el crecimiento de la línea ofensiva, ya que el nuevo cuerpo técnico necesitará tiempo para adaptarse a sus jóvenes pupilos. El tiempo corre, y cada momento es precioso mientras el equipo busca consolidar su línea antes del partido inaugural. Jugadores como Andrew Vorhees, Daniel Faalele y Rosengarten aportan una mezcla de potencial e incertidumbre. Faalele, en particular, representa una gran interrogante; su tamaño ofrece promesa, pero su transición de posición requiere que se adapte rápidamente a las exigencias de jugar en el interior. Vorhees, un pick de séptima ronda, ha mostrado destellos de fuerza e inteligencia, pero necesita experiencia en el juego para validar la fe de los Ravens en él. La estrategia de los Ravens de confiar en jugadores inexperimentados podría dar frutos o llevar a resultados desastrosos. El rendimiento de la línea ofensiva influirá directamente en la capacidad de Jackson para liderar al equipo y en la eficacia de su juego de carrera. La creencia de la organización en sus jóvenes linieros es encomiable; sin embargo, a medida que se acerca la temporada, las apuestas están aumentando y la presión por rendir se intensifica. Los Ravens tienen un historial de hacer evaluaciones agudas de su talento, y merecen el beneficio de la duda. Sin embargo, la combinación de inexperiencia, lesiones y falta de profundidad podría poner en peligro una temporada llena de altas expectativas. A medida que se preparan para los desafíos que se avecinan, los Ravens deben esperar que su fe en sus jóvenes linieros ofensivos sea bien fundada; más les vale tener razón.

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