Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Cecilia Tait, exatleta y actual miembro del Comité Olímpico Internacional, se muestra emocionada por su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde ha tenido la oportunidad de desempeñar su papel en la entrega de medallas, un momento significativo para cualquier deportista. Tait, quien es un símbolo del deporte peruano, ha destacado la importancia de la Ley del Deporte, que ella ayudó a implementar entre 2011 y 2016, y que ha permitido a 26 atletas de diversas disciplinas recibir apoyo financiero para sus competencias. Esta ley, según Tait, ha sido fundamental para diversificar la representación del Perú en los Juegos Olímpicos más allá de deportes tradicionalmente fuertes como el vóley y el tiro. La inauguración de los Juegos Olímpicos, aunque diferente a lo que había experimentado en su tiempo como atleta, fue un evento que la conmocionó. Tait compartió su vivencia de estar completamente empapada debido a la lluvia, pero también a la emoción que la rodeaba al ver a las diferentes delegaciones. Su experiencia como miembro del COI le ha permitido observar los Juegos desde una perspectiva completamente nueva, cambiando su rol de competidora a un espectador activo en la organización de estos eventos. Uno de los temas más destacados en la conversación con Tait fue la actuación de Kimberly García, una atleta peruana que ha sido reconocida como una de las mejores del mundo. Tait enfatizó que participar en los Juegos Olímpicos es un logro en sí mismo, y que la clasificación es un reto monumental que debe ser celebrado. Ella expresó su orgullo por el desempeño de García y su compromiso en dar lo mejor de sí misma en la competencia, recordando que el éxito en el deporte se construye a partir de años de trabajo duro y dedicación. La presión que sienten los deportistas, amplificada por las redes sociales, es un tema que Tait abordó con franqueza. Su propia experiencia la ha llevado a entender que las críticas y la presión externa pueden afectar el rendimiento de los atletas. Ella compartió un momento de su propia vulnerabilidad al olvidar su credencial de acceso, destacando que hasta los miembros del COI deben lidiar con la rigurosidad de los protocolos. Además, Tait no escatima en esfuerzos para seguir apoyando el desarrollo del deporte en Perú. Con su participación en la organización de eventos como el Mundial Sub 20 de Voleibol, busca fomentar el interés en el deporte y brindar oportunidades a nuevas generaciones de talentos. Su visión a largo plazo incluye preparar a los deportistas para los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles, donde espera que el apoyo financiero y logístico continúe creciendo. El futuro del vóley peruano también fue un tema importante en la conversación. Tait expresó su satisfacción con la reciente contratación de Antonio Rizola como técnico de la Selección Mayor. Ella confía en que Rizola, con su experiencia en Colombia, podrá guiar al equipo hacia el éxito y superar las dificultades que surgen en un deporte donde la presión es alta y la expectativa del público es considerable. Refiriéndose a las jóvenes atletas que se están preparando para el futuro, Tait destacó que la clave para el éxito es la competencia. Alentar a las niñas a participar y competir, no solo entrenar, es fundamental para que puedan desarrollar sus habilidades y soñar en grande. Con la mirada puesta en el futuro, Tait se muestra optimista sobre la posibilidad de que Perú pueda obtener medallas en las próximas olimpiadas. La responsable de la supervisión del apoyo a los deportistas de alto rendimiento, enfatiza que la inversión en talento y preparación es crucial para alcanzar este objetivo. El compromiso de Tait con el deporte no termina con su papel en el COI. Ella sigue activa en múltiples frentes, apoyando tanto a atletas individuales como a equipos completos. Su labor en la administración de federaciones y su capacidad de conectar con los jóvenes deportistas son testimonio de su pasión por el deporte y su deseo de que Perú brille en el escenario internacional. A medida que se acercan los Juegos Olímpicos, el espíritu de Tait y su dedicación al deporte se convierten en un faro de esperanza y motivación para los atletas peruanos. Su presencia en París 2024 no solo representa un hito en su carrera, sino también un símbolo del potencial del deporte peruano en el futuro. La historia de Cecilia Tait es una inspiración y un recordatorio de que, con esfuerzo y dedicación, los sueños pueden hacerse realidad.