El legado de Leyland: los Tigres retiran el número 10 en un emotivo homenaje a un gerente icónico.

El legado de Leyland: los Tigres retiran el número 10 en un emotivo homenaje a un gerente icónico.

Los Detroit Tigers honraron a Jim Leyland al retirar su número 10, celebrando su impacto en el béisbol y su conexión con los aficionados en el Comerica Park.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Deportes 04.08.2024

DETROIT -- La atmósfera en el Comerica Park era eléctrica el sábado mientras los aficionados llevaban réplicas de las icónicas gafas de sol de Jim Leyland y bigotes adhesivos, rindiendo homenaje a un manager cuyo impacto en el béisbol y en los Detroit Tigers es incalculable. En una emotiva ceremonia, los Tigers retiraron el número 10 de Leyland, pintando su nombre y número en la pared de ladrillo más allá del jardín derecho, en un tributo que celebró no solo sus logros en el campo, sino la profunda conexión que forjó con la ciudad y sus aficionados. Leyland, un miembro del Salón de la Fama, reflexionó sobre su trayectoria con un sentido de humildad. "Estaba allí parado en shock," recordó, rememorando el momento en que recibió la noticia de Chris Ilitch durante un entrenamiento en el gimnasio. A pesar de una carrera llena de éxitos que incluyó un título de la Serie Mundial con los Florida Marlins y dos banderines de la Liga Americana con los Tigers, Leyland sigue siendo accesible, encarnando el espíritu de cada aficionado que alguna vez ha animado a su equipo. Su reciente discurso en el Salón de la Fama incluyó un momento conmovedor sobre la simple alegría de un niño recibiendo un autógrafo, un sentimiento que resuena profundamente con los aficionados. La inquebrantable gratitud de Leyland por el apoyo de la comunidad era palpable durante la ceremonia del sábado, ya que agradeció repetidamente a los presentes. Su duradera relación con los aficionados siempre ha sido una característica de su estilo de gestión; a menudo se le podía encontrar socializando en los vecindarios y respondiendo personalmente a la correspondencia de los aficionados. El discurso de Leyland, aunque breve, estaba impregnado de emoción. Admitió haber derramado lágrimas mientras lo escribía, particularmente al reflexionar sobre los aficionados que han apoyado al equipo en las buenas y en las malas. "No tenemos nada sin ellos," enfatizó, recordando el silencio abrumador de los partidos jugados sin espectadores durante la pandemia. Su profunda apreciación por el aficionado común proviene de su propia historia como hijo de un trabajador de fábrica, lo que lo ancló a lo largo de su carrera. La esencia de Leyland trasciende las estadísticas y los elogios. Es un símbolo de autenticidad en una era cada vez más dominada por la analítica de datos y estilos de gestión distantes. El temperamento ardiente de Leyland y sus expresiones sin filtros estaban equilibrados por una genuina compasión por las personas que llenan las gradas, reflejando su creencia de que el béisbol es tanto sobre comunidad como sobre competencia. En las semanas previas a la ceremonia, numerosos jugadores compartieron sus experiencias con Leyland, destacando la profunda influencia que tuvo en sus carreras. Desde las anécdotas de amor duro de Kirk Gibson hasta la gratitud de Justin Verlander por los desafíos que Leyland le planteó, las historias ilustran la habilidad única de Leyland para inspirar respeto y camaradería. Como asistente especial de los Tigers, Leyland sigue siendo una presencia vital dentro de la organización. Su sabiduría continúa guiando a los jugadores y managers actuales por igual. Después de la ceremonia, Leyland compartió un momento con el manager A.J. Hinch, quien expresó su aprecio por la relación que han construido, a pesar de que Hinch nunca jugó para él. Sin embargo, el legado de Leyland no se define únicamente por su destreza como manager; también está marcado por las amistades que cultivó y el respeto que generó entre quienes cruzaron su camino. En una conclusión adecuada para un día que celebró tanto su pasado como el futuro de los Tigers, Leyland entregó un mensaje de despedida enérgico a sus exjugadores: "Vayan y consigan una f--- victoria." Fue un recordatorio de su espíritu competitivo y su pasión duradera por el juego, características que lo han convertido en una figura querida en Detroit y más allá.

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