Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Cada verano, el Atlántico se convierte en el escenario de un espectáculo natural asombroso: la formación y avance de huracanes. Desde el Caribe hasta la costa este de Norteamérica, estas impresionantes tormentas tropicales causan estragos y generan titulares en todo el mundo. Sin embargo, hay una región que parece estar protegida de estos fenómenos: Europa. Aunque es extremadamente raro que un huracán llegue a las costas europeas, algunos científicos advierten que esta situación podría cambiar en el futuro. Para entender por qué los huracanes rara vez afectan a Europa, es necesario analizar las condiciones atmosféricas que favorecen su formación y desarrollo en el Atlántico occidental. La rotación de la Tierra crea una estratificación en los vientos dominantes, especialmente en las latitudes bajas cercanas al ecuador, donde los vientos se desplazan de oeste a este. Esta zona tropical es propicia para la formación de huracanes debido a la alta temperatura del océano, que es crucial para su desarrollo. Los huracanes se alimentan de aguas cálidas y pierden fuerza al alejarse de ellas. Por lo tanto, cuando un huracán logra superar la barrera del paralelo 30, donde las aguas del Atlántico norte son más frías, su intensidad disminuye significativamente. Es por eso que la mayoría de los huracanes que logran alcanzar Europa llegan debilitados, convertidos en depresiones o tormentas convencionales. A lo largo de los años, ha habido casos excepcionales en los que huracanes o tormentas subtropicales han llegado a Europa, como el huracán Ofelia en 2017, que causó estragos en el norte del continente. Estos eventos son raros pero no imposibles, y algunos científicos sugieren que el cambio climático podría alterar esta dinámica en el futuro. El aumento de la temperatura del océano asociado al cambio climático podría provocar que los huracanes mantengan su fuerza por más tiempo y se desplacen hacia latitudes más altas, lo que aumentaría la posibilidad de que lleguen a Europa con mayor intensidad. Este escenario plantea un desafío para la región, que históricamente ha estado menos expuesta a estos fenómenos naturales. El año 2024 se vislumbra como un periodo clave para poner a prueba esta hipótesis, ya que se espera una temporada intensa de huracanes. Según estudios realizados, en promedio dos ciclones tropicales llegan a Europa cada año, pero esta cifra podría variar significativamente dependiendo de las condiciones atmosféricas y oceánicas. Además de la posible llegada de huracanes a Europa, otro fenómeno que preocupa a los expertos son los llamados ciclones tropicales mediterráneos o "medicanes". Estas tormentas, que se forman en el mar Mediterráneo, pueden alcanzar intensidades comparables a los huracanes de categoría 1, aunque su impacto es limitado por la temperatura más baja de las aguas mediterráneas y el tamaño reducido del mar. En conclusión, si bien los huracanes en Europa son todavía una rareza, el panorama podría cambiar en un futuro no tan lejano debido al cambio climático y a la posibilidad de que estas tormentas tropicales lleguen con mayor fuerza a las costas europeas. Ante esta perspectiva, es fundamental estar preparados y tomar medidas preventivas para hacer frente a los posibles efectos de estos fenómenos meteorológicos en la región.