Tragedia en Gaza: muere el periodista Anas al Sharif en bombardeo israelí

Tragedia en Gaza: muere el periodista Anas al Sharif en bombardeo israelí

Las muertes de informadores ascienden a 237, según medios locales

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Guerra 14.08.2025

Este domingo, 10 de agosto, la tragedia se ha vuelto a apoderar de Gaza con la muerte del periodista palestino Anas al Sharif, quien fue abatido por un bombardeo israelí, junto a otros cuatro reporteros de la cadena catarí Al Jazeera. La noticia ha conmocionado al mundo del periodismo y ha suscitado una ola de indignación por el creciente riesgo que enfrentan quienes se dedican a informar desde una región marcada por el conflicto y el sufrimiento. Con estas nuevas muertes, el número total de periodistas fallecidos en la cobertura de este conflicto asciende a 237, un trágico recordatorio de la brutalidad que se vive en la región.


Al Sharif, aclamado por su valentía y compromiso con la verdad, había compartido en su cuenta de Twitter, apenas media hora antes de su muerte, una advertencia sobre una nueva ofensiva israelí. Su último mensaje resonó como un eco presciente de la fatalidad que estaba a punto de sufrir. En las horas posteriores a su fallecimiento, Al Jazeera publicó una desgarradora carta del periodista en la que expresaba: “Si estas palabras mías les llegan, sepan que Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz. Viví el dolor en todos sus detalles (...) y aun así, nunca dudé en transmitir la verdad tal como es”.


La cadena de noticias ha condenado el acto, calificándolo de “asesinato selectivo” y responsabilizando directamente al Gobierno israelí. En su comunicado, Al Jazeera destacó que Al Sharif era “uno de los periodistas más valientes de Gaza” y que su muerte representa un intento desesperado por silenciar las voces que denuncian la inminente ocupación de Gaza. La cadena remarcó que sus informadores, al igual que el resto de la población, enfrentan condiciones de hambre y sufrimiento, lo que hace aún más difícil su labor.


La situación ha desencadenado una serie de reacciones tanto a nivel local como internacional. Organizaciones como el Comité para la Protección de los Periodistas han criticado a Israel por eludir sus responsabilidades y negarle justicia a las familias de los reporteros asesinados. Esta retórica de impunidad se ha vuelto un tema recurrente en las discusiones sobre la protección de los periodistas en zonas de conflicto.


Asimismo, Reporteros Sin Fronteras ha decidido tomar medidas más contundentes al presentar cuatro denuncias por crímenes de guerra contra el ejército israelí ante la Corte Penal Internacional. Esta acción destaca la gravedad de la situación y la necesidad de que se tomen medidas para garantizar la protección de quienes arriesgan sus vidas para informar al mundo sobre lo que sucede en Gaza.


Las muertes de Al Sharif y sus colegas no son incidentes aislados, sino que se inscriben en una larga historia de violencia contra los periodistas en zonas de conflicto. En un momento en que la información es más vital que nunca, la represión y la censura se convierten en aliados peligrosos de aquellos que buscan ocultar la realidad del sufrimiento humano. El asesinato de estos reporteros se suma a la creciente lista de víctimas que han pagado el precio más alto por su compromiso con la verdad.


Los colegas de Al Sharif en Al Jazeera han expresado su pesar y su determinación de continuar la labor informativa. La redacción, aunque profundamente afectada, ha reafirmado su compromiso con la cobertura de los acontecimientos en Gaza y su derecho a informar sin temor a represalias. Es un desafío monumental, pero en la voz de aquellos que han caído, hay una llamada a seguir adelante.


La comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante esta escalofriante realidad. La protección de los periodistas y el respeto por su labor son fundamentales para cualquier sociedad democrática. Cada asesinato de un periodista no solo es una pérdida personal, sino también una pérdida para el periodismo y para el derecho del público a estar informado.


La muerte de Anas al Sharif y sus compañeros debe ser un llamado a la acción, una invitación a redoblar los esfuerzos para proteger a quienes se atreven a contar la verdad en medio del caos. La voz de un periodista es la voz de los que no pueden hablar, y su silencio es una derrota para todos. La lucha por la justicia y la verdad debe continuar, y los ecos de sus palabras nunca deben ser olvidados.

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