¿Son las celebraciones de gol salvajes una pérdida de energía? Un entrenador de fútbol dice que sí, desatando un debate sobre el valor de las reacciones exuberantes.
Según el entrenador de fútbol Nigel Clough, las celebraciones desenfrenadas de gol pueden ser una pérdida de energía. Clough, quien dirige al Mansfield Town en la cuarta división de Inglaterra, cree que celebrar los goles es innecesario, especialmente cuando el partido aún está en equilibrio. Argumenta que los jugadores deberían guardar su energía para el resto del partido en lugar de agotarse excesivamente en las celebraciones. Si bien el punto de Clough sobre el desperdicio de energía es válido, vale la pena considerar el riesgo de lesiones asociado con las celebraciones elaboradas. Si bien las celebraciones desenfrenadas de gol pueden agregar algo de estilo al juego, es válido cuestionar si realmente contribuyen al éxito de un equipo o simplemente son una pérdida innecesaria de energía.
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¿Es posible que las celebraciones desenfrenadas de los goles sean una pérdida de energía? Bueno, según el entrenador de fútbol Nigel Clough, definitivamente lo son. En una era en la que los deslizamientos de rodillas, las volteretas y las coreografías en grupo se han vuelto normales, Clough cree que celebrar los goles es innecesario, especialmente cuando el juego aún está en equilibrio.
Clough, quien dirige al Mansfield Town en la cuarta división de Inglaterra, ha notado que las celebraciones de gol de su equipo han sido relativamente reservadas, incluso durante su impresionante racha de 20 partidos invictos. Argumenta que los jugadores deberían guardar su energía para el resto del partido en lugar de agotarse excesivamente en las celebraciones. Clough, hijo del legendario entrenador del Nottingham Forest Brian Clough, recuerda las celebraciones más simples de sus días como jugador, donde un apretón de manos estándar era suficiente.
Si bien es comprensible que los jugadores se emocionen al marcar un gol, el punto de Clough sobre el desperdicio de energía es válido. Después de todo, ¿quién puede olvidar la carrera de Emmanuel Adebayor de un extremo del campo al otro para burlarse de los fanáticos del Arsenal o el desenfreno emocional de Mario Tardelli en la final de la Copa del Mundo de 1982? Quizás haya algo de verdad en el argumento de Clough, especialmente considerando el riesgo de lesiones asociado con las celebraciones elaboradas.
Es mejor no presentar a Clough al UMF Stjarnan, un equipo islandés conocido por sus celebraciones totalmente coreografiadas, que incluyen dar a luz a un balón de fútbol y transformarse en una bicicleta humana. La cantidad de tiempo y energía dedicados a idear y ensayar estas rutinas es asombrosa. Entonces, si bien las celebraciones desenfrenadas de los goles pueden agregar algo de estilo al juego, vale la pena considerar si realmente contribuyen al éxito de un equipo o simplemente son un gasto innecesario de energía.