David Taylor asume el mando en Oklahoma State, con el objetivo de construir una dinastía de lucha.

En un movimiento ambicioso que tiene el potencial de remodelar el panorama de la lucha colegial, David Taylor asume el cargo de entrenador en jefe en Oklahoma State con una visión inspirada en el exitoso modelo establecido por Cael Sanderson en Penn State. Taylor, dos veces campeón de la NCAA y medallista de oro olímpico, ha sido admirado durante mucho tiempo por su destreza en la lucha y ahora busca traducir ese éxito en la dirección técnica. El director atlético de Oklahoma State, Chad Weiberg, se puso en contacto con Taylor tras un decepcionante final en su viaje olímpico, con la esperanza de atraerlo al mundo del entrenamiento. "Simplemente sentí la obligación de hacer una búsqueda nacional", recordó Weiberg. El inesperado interés de Taylor en el puesto dio lugar a una serie de conversaciones que llevarían a un cambio significativo en la dirección del programa. El pasado de Taylor en Penn State, donde contribuyó al desarrollo de una dinastía de lucha junto a Sanderson, le ha proporcionado conocimientos invaluables. Su enfoque es claro: planea posicionar a Oklahoma State como un destino de primer nivel para aspirantes a luchadores, al igual que el modelo de Penn State. "Lo que tenemos que hacer es posicionar nuestro programa como un destino para que los mejores luchadores vengan y formen parte de él", dijo Taylor, enfatizando la importancia de construir una fuerte comunidad alrededor del programa. A medida que Taylor comienza su primera temporada como entrenador en jefe, Oklahoma State ya muestra promesas, capturando recientemente un título de conferencia Big 12 y entrando al torneo de la NCAA clasificado en tercer lugar a nivel nacional. Sin embargo, Taylor reconoce que el camino para desafiar el dominio de Penn State requerirá tiempo, desarrollo y una ética de trabajo implacable. "Este es un trabajo de 12 meses. Si hubiera 13 meses en un año, sería un trabajo de 13 meses", afirmó, subrayando el compromiso necesario para elevar el programa. El desafío que presenta Penn State, con su impresionante récord de 11 títulos de la NCAA bajo Sanderson, no pasa desapercibido para Taylor o Weiberg. Ambos reconocen la difícil batalla que tienen por delante, donde el meticuloso estilo de entrenamiento de Sanderson y la cultura ganadora del programa han creado un legado formidable. Mientras Taylor busca emular ese éxito, es plenamente consciente de los estándares establecidos por su predecesor. "David es muy consciente de cómo se ve eso, y ahora depende de nosotros hacer todas las cosas que necesitamos hacer para poder comenzar a escalar esa colina", observó Weiberg. Además, la estrategia de Taylor toma prestado del enfoque de Sanderson en alinearse con el Centro de Entrenamiento Regional, un modelo que fomenta la colaboración entre luchadores de élite y atletas colegiales. Al incorporar caras conocidas como Jimmy Kennedy y Thomas Gilman a su cuerpo técnico, Taylor está formando un equipo que entiende las exigencias de la lucha de alto nivel. "Todos los días vamos a trabajar y solo estamos tratando de ayudar a nuestros chicos a mejorar en la lucha", reflexionó Taylor, demostrando su compromiso con el desarrollo de una "mentalidad de campeonato". La participación de los aficionados también ha sido una prioridad para Taylor, quien ha utilizado creativamente las redes sociales para conectarse con la comunidad y generar entusiasmo en torno a la lucha de Oklahoma State. Este enfoque ha revitalizado la base de aficionados de los Cowboys, llevando a una asistencia récord incluso durante partidos de alto riesgo fuera de casa. A medida que se aproxima el torneo de la NCAA, se revelará la verdadera prueba de la visión de Taylor. ¿Podrá Oklahoma State cerrar la brecha con Penn State y establecerse como una potencia en la lucha? El viaje de Taylor apenas comienza, pero si la historia es un indicador, su espíritu competitivo y su planificación estratégica podrían llevarlo por un camino de éxito similar al de su mentor. El mundo de la lucha estará observando de cerca mientras Taylor emprende este nuevo capítulo, con la esperanza de añadir otro legado histórico a la rica historia atlética de Oklahoma State.