
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Mientras el mundo del béisbol se prepara para la temporada de MLB 2025, el panorama de los pitchers abridores ha cambiado, subrayado por la inesperada noticia de que el as de los New York Yankees, Gerrit Cole, se perderá la temporada debido a una cirugía de Tommy John. Cole, ganador del premio Cy Young de la Liga Americana 2023 y un faro de confiabilidad en el montículo, se une a una lista creciente de pitchers afectados por lesiones, lo que plantea interrogantes sobre la fragilidad de los brazos élite en el deporte. Este desarrollo ha reavivado las discusiones sobre lo que constituye un "as" en las Grandes Ligas, mientras equipos y aficionados lidian con el impacto de las lesiones en la destreza de los lanzadores. Tradicionalmente, ser etiquetado como un as significaba ser una fuerza confiable en el montículo: alguien que entrega consistentemente actuaciones dominantes, se mantiene saludable y genera confianza en compañeros de equipo y aficionados. Sin embargo, las tendencias recientes sugieren que esta definición está evolucionando en medio de un aumento de las tasas de lesiones y de las crecientes demandas impuestas a los pitchers. Un estudio encargado por la MLB reveló que la búsqueda de velocidad y giro, junto con la presión para rendir al máximo, ha contribuido a un alarmante aumento en las cirugías entre los lanzadores. A la luz de estos desafíos, se convocó un panel de 20 expertos de todo el ámbito del béisbol—scouts, ejecutivos y analistas—para clasificar la actual cosecha de pitchers abridores. Sus evaluaciones, basadas en un sistema de calificación que abarca cinco niveles, ofrecen perspectivas sobre los mejores brazos del juego moderno, categorizados desde "solo un tipo" hasta as élite. La ausencia de Cole en las clasificaciones abre un espacio para que otros pitchers brillen. Nombres como Max Scherzer y Justin Verlander son mencionados como menciones honoríficas, ambos lidiando con sus propias historias de lesiones pero aún con el potencial de ser determinantes. El proceso de evaluación ha visto un cambio notable, con el panel reconociendo talentos como Walker Buehler, quien, a pesar de un rendimiento irregular en la temporada regular, demostró su valía en la postemporada, ganándose un contrato sustancial basado en sus hazañas en los playoffs. Pitchers como Pablo López y Jack Flaherty representan la dualidad de promesa e incertidumbre que ahora caracteriza a muchos brazos en la liga. Mientras López logró una temporada 2024 estelar, persisten dudas sobre su capacidad para replicar ese éxito a lo largo de toda una temporada. El tumultuoso camino de Flaherty de regreso de las lesiones lo ha convertido en un caso fascinante; su rendimiento ha mostrado destellos de brillantez, pero está empañado por problemas de consistencia. A medida que las clasificaciones por niveles se revelan, algunos pitchers se destacan como opciones confiables. Nombres como Nathan Eovaldi y Tyler Glasnow ejemplifican la noción de un abridor confiable No. 2 o No. 3, mientras que otros como Shohei Ohtani, quien no ha lanzado en 2024 debido a una lesión, siguen siendo elementos enigmáticos que los equipos esperan que emerjan como ases cuando estén saludables. El sistema de niveles revela una gama de talento. Los pitchers clasificados en el Nivel 1 representan la élite, aquellos que han demostrado consistentemente su capacidad para dominar juegos. En contraste, el Nivel 5 consiste en jugadores que tienen el talento para permanecer en las grandes ligas, pero están un paso por debajo de la élite. Dentro de este marco, algunos jugadores—como Chris Sale y Zack Wheeler—se han establecido como caballos de batalla, entregando consistentemente entradas de calidad, mientras que otros, como Jacob deGrom, siguen definidos por su tentador potencial ensombrecido por preocupaciones de lesiones. En última instancia, las clasificaciones sirven tanto como una celebración de los talentos actuales como un recordatorio de la naturaleza precaria de lanzar en el juego de hoy. A medida que los equipos trazan estrategias para la próxima temporada, deben navegar el delicado equilibrio entre riesgo y recompensa, sabiendo que el as de hoy puede convertirse rápidamente en el signo de interrogación de mañana. En este clima, la definición de un as no solo trata sobre el talento en el montículo; también se trata de durabilidad, confiabilidad y la capacidad de elevarse a la ocasión cuando más importa.