Calor récord, tormentas devastadoras y un espectáculo celestial: se desvelan los extremos climáticos de 2024.

Calor récord, tormentas devastadoras y un espectáculo celestial: se desvelan los extremos climáticos de 2024.

El 2024 trajo calor récord, tormentas devastadoras y huracanes, destacando el impacto del cambio climático y la resiliencia de las comunidades en todo Estados Unidos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El año 2024 quedará grabado en la memoria de muchos estadounidenses, no solo por sus únicos fenómenos celestiales, sino también por una alarmante serie de eventos climáticos que dejaron impactos significativos en todo el país. Al reflexionar sobre el año, es evidente que los extremos del cambio climático se manifestaron tanto en fenómenos notables como en desastres devastadores, afectando la vida de millones. Uno de los aspectos más destacados de 2024 fue el calor récord casi implacable. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) informó que los primeros 11 meses del año fueron los más cálidos registrados para los Estados Unidos continentales en más de 130 años. Cada estado experimentó temperaturas por encima del promedio, mientras que 22 estados reportaron sus primeros 11 meses más calurosos de la historia. Las implicaciones de este calor fueron de gran alcance, exacerbando las condiciones de sequía, estresando las redes eléctricas y aumentando el riesgo de incendios forestales en múltiples regiones. En febrero, el clima dio un giro dramático cuando "ciclones bomba" causaron estragos en el noroeste del Pacífico y California. Una serie de tormentas de ríos atmosféricos desató lluvias torrenciales que resultaron en deslizamientos de tierra, inundaciones repentinas y rescates de emergencia en toda la región. El sur de California, incluida Los Ángeles, enfrentó un raro "alto riesgo" de inundaciones repentinas a medida que los totales de lluvia alcanzaron niveles alarmantes, lo que llevó al gobernador Gavin Newsom a declarar un estado de emergencia en varios condados. Las severas condiciones provocaron apagones generalizados, dejando a casi un millón de californianos a oscuras. Sumándose a los hitos meteorológicos del año, se produjo un eclipse solar total en abril, que cautivó a más de 30 millones de espectadores en 15 estados, desde Texas hasta Maine. Este evento cósmico marcó una rara oportunidad para que muchos presenciaran un eclipse solar total, el último de los cuales visible desde los Estados Unidos continentales no ocurrirá nuevamente hasta agosto de 2045. Para muchos, este espectáculo proporcionó un momento de asombro en medio de la tumultuosa situación climática del año. Con la llegada del verano, el centro y el este de EE. UU. enfrentaron otra crisis: un catastrófico brote de tornados durante el fin de semana del Día de los Caídos. Este incidente de clima severo dejó decenas de muertos, incluidos niños, mientras olas de tornados arrasaban estados como Texas, Oklahoma y Arkansas. Con conteos preliminares que sugerían más de 1,760 tornados para el año a mediados de diciembre, fue un sombrío recordatorio de la naturaleza volátil de los patrones climáticos severos. La temporada de huracanes del Atlántico resultó ser notablemente tumultuosa también, con 18 tormentas nombradas y cinco huracanes importantes. Entre ellos estaba el huracán Milton, que tocó tierra como una tormenta de categoría 3 en octubre, causando daños extensos y provocando un récord de 46 tornados en Florida. Sin embargo, el legado devastador de 2024 se consolidó finalmente con el huracán Helene, que se convirtió en el huracán más mortífero que golpeó a EE. UU. desde el huracán Katrina en 2005. Con al menos 230 muertes en siete estados, la tormenta trajo inundaciones catastróficas y destrucción, particularmente en Carolina del Norte, donde algunas áreas recibieron más de 30 pulgadas de lluvia. A raíz de estos extraordinarios eventos, las comunidades de EE. UU. demostraron una notable resiliencia. Los equipos de emergencia se movilizaron en números récord, y las agencias estatales y locales trabajaron incansablemente para ayudar en los esfuerzos de recuperación. Si bien la devastación de 2024 no será olvidada, el espíritu de cooperación y la determinación de reconstruir nos recuerdan la fuerza inherente en las comunidades que enfrentan la adversidad. Al pasar la página hacia un nuevo año, los eventos de 2024 sirven tanto como una advertencia como un llamado a la acción, destacando la urgente necesidad de abordar el cambio climático y prepararse para los desafíos impredecibles que se avecinan. El año fue un recordatorio contundente de la necesidad apremiante de invertir en infraestructura, preparación para emergencias y prácticas sostenibles para mitigar los impactos de futuros extremos climáticos.

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