Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El fenómeno de los incendios forestales en Perú ha alcanzado niveles alarmantes, con un impactante 98% de estos siniestros atribuibles a la acción humana. Esta cifra, revelada en una reciente conversación con Jesús Flores Puchuri, director de Monitoreo y Evaluación de los Recursos Naturales del Territorio del Ministerio del Ambiente, refleja una crisis ambiental que requiere atención y acción inmediata. La situación ha suscitado preocupación no solo entre ecologistas, sino también entre la población en general, que comienza a sentir las repercusiones del cambio climático y la destrucción de ecosistemas. Flores Puchuri menciona que el aumento de los incendios se debe en gran medida a prácticas agrícolas inadecuadas, como la quema de terrenos para la preparación de cultivos. Este método, aunque tradicional en algunas regiones, ha demostrado ser insostenible y peligrosa, ya que puede extenderse rápidamente a áreas boscosas y provocar daños irreparables. La falta de educación ambiental y de alternativas sostenibles para la agricultura es un factor que agrava esta situación. El director también señala que el fenómeno de El Niño, que afecta a la región andina, ha contribuido a la sequedad de los bosques, haciendo que sean más vulnerables a los incendios. Con el aumento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones, las condiciones se vuelven propicias para el inicio y la propagación de incendios. Esto plantea un desafío adicional para las autoridades, que deben trabajar no solo en la extinción de estos fuegos, sino también en la prevención y mitigación de futuras catástrofes. Además, el cambio climático es un factor que no se puede ignorar. Las proyecciones indican que el calentamiento global podría intensificar los patrones climáticos extremos, lo que a su vez podría aumentar la frecuencia e intensidad de los incendios forestales. En este contexto, el Estado peruano se enfrenta a la tarea urgente de implementar políticas más efectivas que promuevan prácticas agrícolas responsables y la conservación de los ecosistemas. El impacto de los incendios forestales va más allá de la pérdida de vegetación. Los ecosistemas afectados experimentan una reducción de la biodiversidad, y poblaciones de fauna y flora pueden verse amenazadas. Además, la calidad del aire se deteriora, con efectos nocivos para la salud pública y el bienestar de los ciudadanos. Las comunidades cercanas a los focos de incendio son las más afectadas, enfrentando problemas respiratorios y otros problemas de salud relacionados. El gobierno ha comenzado a tomar medidas en respuesta a esta crisis. Se han implementado campañas de concientización sobre la importancia de la protección del medio ambiente y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles. Sin embargo, la efectividad de estas iniciativas todavía está en evaluación, y muchos abogan por un enfoque más integral que incluya la participación activa de las comunidades locales. Es fundamental que todos los actores involucrados, desde el gobierno hasta la sociedad civil, trabajen conjuntamente para abordar esta problemática. La educación ambiental debe ser un pilar central en los esfuerzos de prevención, así como la promoción de tecnologías y métodos agrícolas que respeten el equilibrio ecológico. Es una responsabilidad compartida que requiere un compromiso a largo plazo. La situación en Perú debe ser un llamado de atención no solo para el país, sino para la comunidad internacional. Los incendios forestales no conocen fronteras, y el deterioro de los ecosistemas en un país puede tener repercusiones globales. La cooperación entre naciones y la implementación de políticas ambientales más estrictas son esenciales para enfrentar este desafío. Finalmente, la crisis de los incendios forestales en Perú subraya la necesidad urgente de actuar ante la descomunal amenaza que representa el cambio climático. Cada año que pasa sin medidas efectivas y coordinadas es un año en que se corre el riesgo de perder más bosques, más biodiversidad y, en última instancia, más vida. La lucha contra los incendios forestales no es solo una batalla por el medio ambiente, sino una lucha por el futuro del país y la salud de su población.