Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un giro de eventos revolucionario, el breaking, conocido popularmente como breakdance, está preparado para hacer su debut olímpico en los Juegos de París, marcando un momento significativo en la evolución de esta vibrante forma de danza. Entre los competidores se encuentra la mejor breakdancer femenina de Australia, Rachael Gunn, más conocida por su nombre artístico B-girl Ray Gun. Profesora universitaria de profesión, el camino de Gunn desde el aula hasta el escenario olímpico es una narrativa inspiradora de dedicación, resiliencia y la búsqueda de la pasión. El breaking tiene sus raíces profundamente arraigadas en el paisaje socioeconómico de Nueva York en los años 70, emergiendo como una forma de expresión artística en medio de la agitación de la época. A lo largo de las décadas, se ha transformado de un estilo de danza de base en un deporte altamente competitivo, ahora listo para cautivar a las audiencias en la plataforma global de los Juegos Olímpicos. Para Gunn, la oportunidad de competir a este nivel no se trata solo de la posibilidad de obtener una medalla de oro, sino también de una afirmación del arduo trabajo y la evolución del breaking como una forma de arte reconocida. A medida que comienza la cuenta regresiva para los Juegos Olímpicos, Gunn ha tomado una licencia de sus clases universitarias para centrarse por completo en su régimen de entrenamiento. Los últimos 100 días previos a la competencia son un torbellino de actividad mientras busca perfeccionar su técnica. Practicando en su ciudad natal de Sídney, demuestra un compromiso con el refinamiento de sus habilidades y la experimentación con nuevos movimientos que podrían distinguirla en la competencia. La presión por rendir, combinada con la emoción de representar a su país, la impulsa a superar sus límites y explorar coreografías innovadoras. Sin embargo, el camino no está exento de desafíos. El riguroso entrenamiento exige no solo fuerza física y agilidad, sino también fortaleza mental. Gunn navega por las complejidades de equilibrar sus responsabilidades académicas con su pasión por el breaking, a menudo encontrándose en una carrera contra el tiempo para prepararse para el escenario olímpico. La experiencia de entrenar en diferentes lugares, incluyendo la prueba de sus habilidades en el Reino Unido, añade otra capa de adaptabilidad y resiliencia a sus preparativos. Al establecerse en París, la emoción se mezcla con los nervios. Gunn es consciente de que forma parte de un movimiento más grande, uno que ve al breaking ganar prominencia en el escenario mundial. Este debut histórico en los Juegos Olímpicos no se trata solo de gloria individual; es una celebración de una cultura que ha prosperado frente a la adversidad y que ahora ha ganado su lugar legítimo en el mundo deportivo. Para Gunn, la experiencia de prepararse para los Juegos Olímpicos es un viaje de autodescubrimiento y crecimiento. Ella abraza la oportunidad de compartir su pasión por el breaking con una audiencia más amplia, inspirando a la próxima generación de bailarines y atletas. Mientras el mundo observa, B-girl Ray Gun no solo competirá por una medalla, sino que también servirá como un faro de esperanza y creatividad en un mundo que reconoce cada vez más la importancia de la expresión artística dentro de los marcos competitivos. La anticipación que rodea la primera competencia olímpica de breaking es palpable, y con atletas como Rachael Gunn representando a Australia, el mundo puede esperar una deslumbrante exhibición de talento, arte y el espíritu perdurable del breaking. A medida que el escenario se prepara para París 2024, la comunidad de danza se une en apoyo, ansiosa por presenciar la historia en proceso mientras el breaking toma su lugar legítimo entre los deportes olímpicos.