Tenis de mesa y NBA: el mito de que cualquiera puede competir con profesionales

Tenis de mesa y NBA: el mito de que cualquiera puede competir con profesionales

La interacción entre tenistas y Stephen Curry revela la subestimación del tenis de mesa, destacando el esfuerzo y la habilidad necesarios en el deporte.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes 01.08.2024

La reciente interacción entre los jugadores de tenis de mesa de Estados Unidos y la estrella de la NBA Stephen Curry ha puesto de manifiesto una curiosidad y un mito recurrente en el mundo del deporte: la percepción errónea de que cualquier persona puede medirse con profesionales en deportes tan exigentes como el tenis de mesa. Este encuentro, que tuvo lugar durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, capturó la atención de millones y desató una conversación divertida pero reveladora sobre el nivel de habilidad que requieren los deportes de élite. Lily Zhang, junto con sus compañeras de equipo, se vio envuelta en un animado debate con Curry y el joven talento Anthony Edwards sobre la posibilidad de que este último pudiera marcar un punto contra ellas. A lo largo del tiempo, han sido muchas las ocasiones en que los jugadores de tenis de mesa se encuentran con desconocidos que afirman que tienen posibilidades de ganar, un fenómeno que Zhang califica de "carga" que deben llevar. La atleta observa que, a diferencia de otros deportes, en el tenis de mesa la gente tiende a subestimar la habilidad y la dedicación que implica. Este hecho no es exclusivo de un país. Sofia Polcanova, jugadora del equipo austriaco, comparte su experiencia al destacar que, independientemente de la nacionalidad, siempre hay quien se atreve a desafiar a los atletas. La cultura de confianza excesiva parece ser un rasgo común entre los aficionados al deporte, quienes a menudo no comprenden la complejidad del tenis de mesa. Esta falta de conocimiento genera situaciones curiosas, donde los jugadores profesionales deben lidiar con la incredulidad de la gente sobre su nivel de juego. Kristian Karlsson, un atleta sueco, también se suma a esta reflexión, subrayando que muchas personas simplemente no son conscientes de las propiedades técnicas del tenis de mesa. Mientras tanto, Anders Lind, un jugador danés, agrega con un tono de ternura que la idea de que un aficionado pueda ganar al menos un punto es simplemente ridícula. Esta percepción del tenis de mesa como un mero pasatiempo subestima los años de práctica y el arduo entrenamiento que los profesionales deben soportar para llegar a la cima. Zhang, quien ha estado en cuatro Juegos Olímpicos, recuerda que incluso en su época universitaria recibió desafíos de jugadores que pensaban que podían seguirle el ritmo. Aunque disfruta de un buen desafío, es consciente de que muchos no tienen la mínima idea de lo que implica competir a un nivel profesional. Ella se ofrece a "destrozar el ego" de quienes se atrevan a desafiarla, resaltando la brecha que existe entre el juego casual y el profesional. La conversión de este deporte en algo más popular es un deseo compartido entre los jugadores, quienes anhelan que más personas entiendan la dificultad y el arte que encierra cada partido. Rachel Sung, una joven competidora, destaca que la falta de exposición a partidos profesionales dificulta que los aficionados reconozcan el verdadero nivel de juego que se requiere en competiciones internacionales como los Juegos Olímpicos. La relación entre los atletas de tenis de mesa y el público es compleja. Aunque disfrutan de la atención que generan sus habilidades, también se enfrentan constantemente a la desinformación sobre el deporte. Esta situación contrasta notablemente con otros deportes más populares, donde la destreza de los atletas es ampliamente reconocida y respetada. La historia de Zhang culmina en un punto emotivo, ya que logró alcanzar los octavos de final en el torneo individual de tenis de mesa en París, un logro que le provocó una explosión de emociones. Su esfuerzo y dedicación fueron reconocidos, incluso por Curry y Edwards, quienes asistieron a animarla en las gradas. Este apoyo inesperado sirvió como un recordatorio de que, a pesar de las percepciones erróneas, hay un reconocimiento creciente del talento en este deporte. Así, los Juegos Olímpicos no solo son una plataforma para la competencia, sino también un espacio donde se desafían los estereotipos y se reavivan las conversaciones sobre el respeto y la admiración por el trabajo que implica alcanzar la excelencia en cualquier disciplina. La historia de los jugadores de tenis de mesa es un recordatorio de que la humildad y el esfuerzo son esenciales en el camino hacia el éxito, y que detrás de cada victoria hay un mar de sacrificios y dedicación.

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