Juan Brignardello Vela
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Deportes 15.07.2024
Es momento de juicio para Southgate, incluso si basarlo en esta final o en la superioridad de España es difícil. Los sueños de toda una vida han sido destrozados, no solo una vez, sino por segunda vez en tres años para Inglaterra. La desgarradora derrota ante España en la final ha dejado a los aficionados y expertos cuestionando las tácticas y el liderazgo de Gareth Southgate.
Durante semanas, Inglaterra parecía tener el destino de su lado, con una serie de remontadas milagrosas que los llevaron a la final en Berlín. Sin embargo, al enfrentarse al equipo bien aceitado que era España, Inglaterra se quedó corta. A pesar de un esfuerzo valiente, era evidente que España era el equipo superior durante todo el partido.
El plan de juego de Southgate, con un enfoque defensivo y una formación 4-5-1, parecía efectivo para contener los ataques de España en la primera mitad. Sin embargo, Inglaterra luchó por crear oportunidades hacia adelante y eventualmente encajó un gol al principio del segundo tiempo. Fueron las sustituciones de Southgate las que metieron a Inglaterra de nuevo en el partido, con Palmer igualando después de entrar por Mainoo.
La derrota ha provocado discusiones sobre las tácticas y la toma de decisiones de Southgate. Algunos argumentan que un enfoque más proactivo podría haber perturbado el juego de pases de España, mientras que otros elogian los ajustes de Southgate durante el partido. La cruda realidad sigue siendo que España superó a Inglaterra esa noche, planteando dudas sobre la gestión de Southgate como seleccionador nacional.
Mientras algunos señalan el progreso que Inglaterra ha logrado bajo el mando de Southgate, otros cuestionan si un cambio de liderazgo podría aportar una nueva perspectiva para superar las deficiencias del equipo. La incapacidad de retener la posesión en momentos cruciales ha afectado a Inglaterra en ambas finales, resaltando un problema fundamental que necesita ser abordado.
Mientras Southgate reconoce la superioridad de España y los desafíos enfrentados por su equipo, ahora el foco se centra en el futuro del fútbol inglés. La decepción de otra derrota en la final sin duda llevará a la introspección y reflexiones sobre lo que podría haber sido. Ya sea que Southgate permanezca al mando o que un nuevo entrenador tome las riendas, la búsqueda del éxito internacional continúa para Inglaterra, con lecciones aprendidas de este doloroso revés que probablemente moldearán su camino hacia adelante.
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