
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Deportes 28.03.2024
Como un hombre de mediana edad introvertido, salir de la zona de confort puede ser una perspectiva desalentadora. Sin embargo, en el caso de un residente de un suburbio de Nueva Jersey, un viaje que comenzó con una simple idea en un bar llevó a una experiencia transformadora que reavivó las alegrías de la amistad y la camaradería.
El protagonista, recién llegado a Madison, Nueva Jersey, se encontró en un aprieto social después de mudarse de las bulliciosas calles de la ciudad de Nueva York. Las exigencias del trabajo y la familia dejaron poco espacio para socializar, y como introvertido que trabajaba desde casa, la perspectiva de formar nuevas conexiones parecía desalentadora. Sin embargo, su amor por el fútbol proporcionó una puerta de entrada a un nuevo sentido de comunidad.
A través de un encuentro fortuito con un vecino, que lo presentó a un juego de fútbol informal local, el protagonista se vio inmerso en un grupo diverso de jugadores que compartían su pasión por el deporte. A medida que el equipo evolucionaba hacia un grupo unido conocido como "Madison Soccer and Beers", el protagonista no solo disfrutaba del juego, sino que también disfrutaba de la camaradería y la amistad que florecían entre los jugadores.
El punto de inflexión llegó cuando el equipo decidió emprender un viaje a la Ciudad de México para jugar contra un equipo similar. Siendo el miembro más antiguo del grupo, el protagonista luchaba con dudas sobre su capacidad para seguir el ritmo de sus compañeros más jóvenes y preocupaciones sobre compartir alojamiento con un grupo grande. Sin embargo, a medida que el viaje se desarrollaba, descubrió que la edad no era una barrera para la conexión y que las experiencias compartidas pueden superar cualquier brecha generacional.
A través de comidas compartidas, juegos y conversaciones nocturnas, el protagonista se dio cuenta de que su deseo de jugar al fútbol no se trataba solo del juego en sí, sino de las conexiones forjadas a través de experiencias compartidas. El viaje a la Ciudad de México se convirtió en un catalizador para el crecimiento personal, sacándolo de su zona de confort y recordándole el valor de la amistad y la camaradería.
Al final, el viaje que comenzó con temor terminó con un nuevo sentido de pertenencia y una pasión reavivada por la vida. Para este introvertido de mediana edad, salir de su zona de confort condujo a una valiosa lección sobre el poder de la amistad y la alegría de las experiencias compartidas.
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