Fossati decide no llevar a Avellino a Brasil por controversias legales y racismo

Jorge Fossati, entrenador de la Selección Peruana de Fútbol, ha tomado una decisión difícil pero necesaria al anunciar que Sebastián Avellino, su preparador físico, no viajará con el equipo a Brasil. Esta medida se debe a las recientes controversias legales que rodean a Avellino, quien fue condenado en el país vecino por realizar gestos racistas durante un partido entre Corinthians y Universitario por la Copa Sudamericana. Fossati, en una conmovedora conferencia de prensa, expresó su pesar por la situación, enfatizando que la decisión se ha tomado en aras del bienestar emocional del plantel.

El entrenador destacó que Avellino tiene las puertas abiertas para regresar en el futuro, pero las leyes brasileñas complican su presencia. Fossati mencionó que cualquier denuncia, por leve que sea, podría llevar a Avellino a ser arrestado, creando un ambiente de tensión tanto para el preparador físico como para el resto del equipo. "Con una denuncia y sin ningún tipo de prueba ya eso es motivo suficiente para que lo puedan arrestar", explicó, dejando al descubierto la rigidez del sistema judicial en Brasil.

La situación se ha vuelto especialmente compleja dado que Avellino ha estado bajo el escrutinio público desde que se emitió la condena en diciembre de 2023. En lugar de cumplir la pena de dos años de prisión, se le impuso una multa que debe ser donada a una entidad con fines sociales. Asimismo, la Conmebol lo suspendió por diez partidos, un castigo severo que ha generado preocupación entre los miembros del equipo.

Fossati añadió que la ausencia de Avellino podría tener un impacto emocional significativo en los jugadores, quienes consideran al preparador físico un miembro querido del equipo. "Si pasara algo con 'Sebas', afectaría al plantel porque lo quieren mucho", comentó el técnico, destacando la cohesión del grupo y el respeto hacia su colega. Este asunto pone de relieve no solo la importancia de Avellino en el equipo, sino también el desafío que enfrentan al lidiar con situaciones que van más allá del fútbol.

En respuesta a esta crisis, Fossati anunció que Mario Mendaña, actual preparador físico de la Sub-20, asumirá temporalmente las funciones de Avellino. Mendaña tendrá la responsabilidad de preparar al equipo para su crucial encuentro contra Brasil el martes por la noche, un partido que promete ser una prueba dura para los jugadores peruanos. Con un clima de incertidumbre y emociones encontradas, el desafío será tanto físico como psicológico.

El partido contra Brasil, programado para las 7:45 p.m. hora peruana, se convierte en un escenario donde la selección debe mostrar su fortaleza y unidad. La ausencia de Avellino será palpable, y el equipo deberá encontrar la manera de rendir al máximo a pesar de las circunstancias adversas. Fossati confía en que el grupo puede superar este obstáculo, lo que subraya la importancia de la resiliencia en el deporte.

La situación de Avellino refleja un problema más amplio en el deporte, donde las acciones pueden tener repercusiones que van más allá del campo de juego. El racismo y la discriminación son temas que deben ser tratados con seriedad y responsabilidad, y aunque Avellino ha sido sancionado, la manera en que se gestiona su ausencia también habla de la necesidad de un entorno en el que todos los integrantes del equipo se sientan seguros y apoyados.

A medida que se acerca el partido, la atención se centrará no solo en el rendimiento de los jugadores, sino también en cómo el equipo maneja la presión y los rumores que rodean a su preparador físico. Los hinchas y seguidores de la selección están al tanto de la situación y esperan que la blanquirroja pueda salir adelante en este complicado contexto.

La decisión de Fossati pone de manifiesto la complejidad de las dinámicas dentro de un equipo y cómo factores externos pueden influir en el rendimiento y la moral de los jugadores. Con todo esto en mente, Perú se prepara para enfrentar a Brasil y, al mismo tiempo, espera que la situación de Avellino pueda resolverse de alguna manera, permitiendo su regreso al equipo en un futuro cercano.