Arqueólogos descubren por extrema sequía en Brasil grabados rupestres de hasta 2.000 años de antigüedad

Arqueólogos descubren por extrema sequía en Brasil grabados rupestres de hasta 2.000 años de antigüedad

La sequía extrema en la región amazónica ha revelado petroglifos indígenas ocultos durante décadas, a medida que el río Negro alcanza niveles históricos bajos. Este fenómeno se agrava por el cambio climático.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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La Amazonía brasileña, conocida por su inigualable biodiversidad y riqueza cultural, ha revelado un impresionante hallazgo arqueológico como resultado de la sequía más grave en Brasil en 120 años. En el sitio de Ponta das Lajes, ubicado en las cercanías de Manaos, se han descubierto antiguos petroglifos, grabados en roca que datan de entre 1.000 y 2.000 años de antigüedad. Este descubrimiento ha captado la atención de arqueólogos e investigadores, quienes consideran que estos vestigios son un testimonio invaluable de las comunidades indígenas que habitaron la región mucho antes de la llegada de los colonizadores europeos.


El arqueólogo Jaime Oliveira, del Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasil (Iphan), ha estado al frente de este proyecto de investigación. Según Oliveira, los petroglifos representan una forma de comunicación y simbolismo territorial de antiguas civilizaciones indígenas que se dedicaban a la agricultura en un ecosistema que, en su momento, era exuberante y diverso. Las imágenes que han sido desveladas incluyen rostros antropomorfos y figuras de animales, como sapos, lo que sugiere una conexión profunda con el entorno natural que estas comunidades cultivaban y respetaban.


Este hallazgo no solo es significativo desde una perspectiva histórica y cultural, sino que también arroja luz sobre la situación actual de la Amazonía, que enfrenta una crisis climática sin precedentes. La intensa sequía que ha llevado al río Negro a niveles históricos bajos ha dejado al descubierto estos grabados, pero también ha ocasionado impactos devastadores en el medio ambiente y en las comunidades que dependen de sus recursos. Al menos varios municipios han implementado medidas de racionamiento de agua potable, un reflejo de la gravedad de la situación.


Oliveira ha señalado que esta no es la primera vez que los petroglifos han quedado expuestos. De hecho, es un fenómeno que ha ocurrido una vez más debido a las condiciones climáticas extremas que se han vuelto recurrentes en la región. "El nivel del río Negro ha estado mucho más bajo que el año pasado", advirtió el arqueólogo, quien también destacó que el cambio climático está provocando sequías más frecuentes e intensas. Este patrón de inestabilidad ambiental no solo pone en peligro la vida humana, sino que también amenaza la biodiversidad y el patrimonio arqueológico.


Los petroglifos son un legado cultural que permite a los investigadores comprender cómo las antiguas comunidades interaccionaban con su entorno. El análisis de restos cerámicos y agrícolas encontrados en la misma región ha ayudado a los arqueólogos a datar con mayor precisión estos grabados. Las civilizaciones indígenas de la Amazonía eran sofisticadas y poseían un profundo conocimiento de su entorno, algo que se evidencia en la iconografía que ahora vuelve a la luz.


A pesar de la importancia del hallazgo, la situación en la Amazonía es preocupante. La sequía no solo ha expuesto estos antiguos vestigios, sino que también ha facilitado la propagación de incendios forestales, lo que representa una doble amenaza para la biodiversidad de la región. Las comunidades locales se enfrentan a un futuro incierto en medio de una crisis hídrica que afecta tanto su subsistencia diaria como su conexión con la tierra.


La revelación de estos petroglifos se convierte en un recordatorio de la fragilidad de la Amazonía y la necesidad urgente de proteger no solo el entorno natural, sino también la rica herencia cultural que alberga. Olvidar esta historia podría significar perder no solo un patrimonio arqueológico, sino también la oportunidad de aprender de las civilizaciones que han existido durante milenios en armonía con su entorno.


La intersección entre el descubrimiento de estos grabados y la crisis climática que enfrenta la región plantea cuestiones críticas sobre el futuro de la Amazonía. Los expertos advierten que sin un cambio en la forma en que interactuamos con el medio ambiente, estos vestigios, que han sobrevivido durante siglos, podrían perderse nuevamente en el olvido. La historia de las comunidades indígenas y sus legados culturales está en juego, y la preservación de estos petroglifos se vuelve cada vez más urgente.


En última instancia, el descubrimiento de los petroglifos en el contexto de la sequía extrema plantea un dilema sobre cómo equilibrar la conservación de la cultura indígena con la urgente necesidad de abordar el cambio climático. La Amazonía no solo es un pulmón del planeta, sino también un lugar que alberga una rica historia humana. La comunidad internacional se enfrenta a la responsabilidad de preservar este patrimonio, no solo por el bien de las generaciones futuras, sino también por el bienestar de las comunidades que continúan habitando estas tierras.

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