Descomposición política en el país: desconfianza y búsqueda de liderazgo urgente

Descomposición política en el país: desconfianza y búsqueda de liderazgo urgente

La desconfianza ciudadana crece por la crisis política en el país, afectando la seguridad y la economía, mientras se esperan cambios en las elecciones.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 28.12.2024

A medida que el año se cierra, la percepción de la ciudadanía se torna alarmante ante la evidente descomposición de la institucionalidad política del país. Este deterioro, que se ha intensificado en los últimos meses, ha generado un ambiente de desconfianza y pesimismo que se siente en cada rincón de la sociedad. La inseguridad y el avance de la delincuencia son solo algunos de los síntomas de un Estado que parece desbordado y sin capacidad de respuesta efectiva. La falta de liderazgo por parte del Ejecutivo y el Congreso ha llevado a una situación crítica, donde la gestión gubernamental y el control político han sido relegados a un segundo plano. La renuncia del Ejecutivo a enfrentar la desafiante y perjudicial agenda legislativa del Parlamento ha resultado en un vacío de poder que se traduce en una incapacidad para abordar los problemas más apremiantes del país. El número creciente de congresistas denunciados y acusados por diversos delitos, junto con las reformas constitucionales y leyes cuestionables, evidencian una crisis de ética y responsabilidad que afecta la confianza de los ciudadanos en sus representantes. La administración de justicia, en particular la Fiscalía y la Policía Nacional, atraviesa momentos complicados que afectan su credibilidad y efectividad en la lucha contra la delincuencia. A pesar de la debacle política, la economía nacional ha conseguido mantenerse a flote, gracias a los sólidos fundamentos macroeconómicos que se establecieron en administraciones anteriores. Sin embargo, el vínculo entre política y economía es innegable; es evidente que una gestión política más competente podría haber llevado a un crecimiento económico mucho más robusto. La incertidumbre que rodea al futuro gobierno de Dina Boluarte, junto con el inminente ciclo electoral, plantea serias preguntas sobre cómo se manejarán las prioridades económicas a corto y largo plazo. El año que se avecina promete ser crucial para el futuro del país. La pregunta sobre la continuidad de Dina Boluarte en el poder será respondida, pero más allá de eso, será la oportunidad para evaluar la capacidad de las fuerzas políticas para formar alianzas que respondan a las necesidades de la población. Este 2024 no solo marcará el rumbo hacia las elecciones de 2026, sino que también será un termómetro del sentimiento popular hacia la política en su conjunto. La desaprobación hacia la gestión de Boluarte es una constante en las encuestas, y la población se encuentra en un punto de inflexión. En este contexto, se hace evidente que las elecciones no se definirán simplemente en un enfrentamiento entre izquierda y derecha. Las divisiones políticas tradicionales han perdido claridad, y la ciudadanía busca alternativas que realmente respondan a sus demandas. Las preguntas que surgen en este panorama son inquietantes: ¿es posible distinguir entre el Gobierno y la oposición? ¿Puede la ciudadanía identificar un eje ideológico claro en un contexto donde los partidos parecen haber perdido sus identidades? La confusión ideológica se ha apoderado de la política nacional, y eso plantea un reto mayor para el futuro. La falta de una oposición firme y responsable ha hecho que los ciudadanos se sientan huérfanos de representación y voz en un escenario que necesita cambios urgentes. Los posibles ejes de discusión electoral se multiplican, y la desconfianza hacia los partidos políticos está en niveles alarmantes. El futuro político dependerá en gran medida de quién logre empatizar con una población cansada de la corrupción y la ineficacia. La posibilidad de que surjan fuerzas políticas que encarnen el cambio y la renovación es vital para la salud democrática del país. Es esencial que los nuevos actores políticos se presenten con un mensaje claro y firme, dispuesto a desafiar el statu quo y a proponer soluciones concretas a los problemas que aquejan a la ciudadanía. La lucha por la confianza será un factor determinante en el éxito o fracaso de las próximas elecciones. La población busca líderes que no solo condenen lo malo, sino que también ofrezcan alternativas viables para resolver los problemas persistentes. Por último, la cuestión de la confianza se vuelve el eje central del debate político en el país. Los ciudadanos necesitan sentir que hay quienes están dispuestos a luchar por sus intereses, a limpiar la política de la corrupción y a restablecer un sentido de justicia y equidad. Las alianzas que se formen y los candidatos que surjan deberán tener la capacidad de generar esperanza en un futuro mejor, porque solo así lograrán conquistar la voluntad popular en el complejo escenario que se avecina.

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