La serie de Ryan Murphy sobre los Menéndez desata polémica y debate cultural

La serie de Ryan Murphy sobre los Menéndez desata polémica y debate cultural

El productor argumentó que el drama pretende abrir un diálogo sobre el abuso masculino y la controversia en torno a los hermanos Menendez

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 25.09.2024

En el ámbito de la producción televisiva contemporánea, la serie “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez” ha suscitado un intenso debate, especialmente tras el comentario crítico de Erik Menéndez, uno de los hermanos condenados por el asesinato de sus padres en 1989. La respuesta de Ryan Murphy, creador de la serie, ha sido objeto de análisis y discusión. Murphy, en una reciente entrevista con E! News, se mostró sorprendido por las críticas de Erik, quien afirmó que no había visto la serie antes de emitir su juicio.


Ryan Murphy defendió su obra argumentando que el enfoque de la serie es presentar las diversas teorías sobre el caso, permitiendo que la audiencia forme sus propias conclusiones. "Cada episodio ofrece una nueva teoría basada en testimonios de personas involucradas o que cubrieron el caso", explicó Murphy, enfatizando la complejidad del crimen que conmocionó a Estados Unidos. El creador subrayó que su propósito no es dictar culpabilidad o inocencia, sino abrir un espacio para la reflexión y el análisis.


Un punto crucial que Murphy destacó es la intención de abordar el abuso sexual masculino, un tema que, según él, ha sido históricamente subrepresentado en el discurso cultural. En este sentido, la serie se convierte en un vehículo para explorar las experiencias de los hermanos Menéndez, quienes alegan haber sufrido abusos por parte de su padre. Murphy reveló que entre el 60% y el 65% de la narrativa se centra en las vivencias de victimización de Erik y Lyle, proponiendo que estas experiencias son esenciales para entender el contexto del crimen.


Sin embargo, Erik Menéndez no tardó en expresar su rechazo hacia la serie, calificándola de “vil y escandalosa”. A través de un comunicado difundido por su esposa, Menéndez criticó la representación que hace la producción de su historia, señalando que vuelve a una época en la que la narrativa sobre el abuso masculino era ignorada. Erik, quien sostiene que actuaron en defensa propia debido a años de abuso, considera que Murphy ha tomado libertades creativas que desvirtúan la verdad de su experiencia.


La controversia se intensifica con la insinuación de una relación incestuosa entre los hermanos, un tema que ha dividido opiniones. Aunque se presenta en la serie, Robert Rand, autor de un libro sobre el caso, desmintió esta narrativa, afirmando que las acusaciones de incesto son una fantasía. Lyle Menéndez, por su parte, ha testificado que nunca hubo tal relación y que las especulaciones han sido malinterpretadas y distorsionadas por los medios.


El impacto cultural de la serie es innegable, ya que actualmente ocupa el primer lugar en la plataforma de streaming Netflix en Estados Unidos. La producción, que cuenta con un elenco destacado, incluyendo a Javier Bardem y Chloë Sevigny, ha logrado atraer la atención del público, pero también ha generado un debate sobre la representación de crímenes notorios en los medios. Murphy y su co-creador, Ian Brennan, han subrayado su intención de explorar cómo se crean “los monstruos” en lugar de centrarse únicamente en el acto del crimen.


Erik Menéndez, sin embargo, sostiene que la serie propaga “mentiras horribles y descaradas” sobre su vida y la de su hermano. En su crítica, enfatiza que su historia no ha sido presentada con la veracidad que merece, pidiendo que “la verdad prevalezca como la verdad”. La preocupación por la veracidad y la ética en la representación de los crímenes ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre la serie.


Los hermanos Menéndez han sido figuras complejas en la narrativa criminal estadounidense, y la serie de Murphy busca desentrañar esas complejidades. Sin embargo, la continua polémica plantea preguntas sobre el papel de los creadores en la representación de hechos controvertidos y sobre la responsabilidad que tienen al contar historias que involucran traumas tan profundos.


A medida que la serie sigue generando conversación y atrayendo a una audiencia masiva, la defensa de Murphy y las críticas de Erik Menéndez reflejan un choque entre la narrativa creativa y la búsqueda de justicia y representación veraz. El diálogo abierto que se ha generado puede ser visto como un paso positivo hacia una discusión más amplia sobre el abuso y sus repercusiones, aunque la controversia sobre los medios y la representación persista en el trasfondo.

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