Innovaciones en la conexión cerebro-tecnología despiertan polémica y esperanza

Innovaciones en la conexión cerebro-tecnología despiertan polémica y esperanza

Se trata de un concepto que buscaría ayudar a pacientes con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 07.06.2024

En los últimos días, un video animado ha causado revuelo en redes sociales al mostrar un trasplante de cabeza realizado por manos robóticas. Esta innovadora técnica, presentada como BrainBridge, combina robótica e inteligencia artificial para llevar a cabo un trasplante completo de cabeza y rostro. A pesar de generar expectación y más de 24,000 comentarios en Facebook, se ha confirmado que se trata de un concepto conceptual creado por el comunicador científico y director de cine yemení Hashem Al-Ghaili, en colaboración con Alex Zhavoronkov de Insilico Medicine.


Este proyecto, que promete ofrecer nuevas esperanzas a pacientes con enfermedades intratables como el cáncer en etapa 4, parálisis y enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson, ha despertado tanto interés como polémica. Aunque la idea de un trasplante de cabeza humano plantea serios desafíos éticos y médicos, BrainBridge ha captado la atención de inversores y posibles colaboradores.


El neurocirujano Robert White realizó en la década de 1970 un intercambio cefálico en un mono, un experimento que sorprendió al mantener consciente a la cabeza trasplantada durante días. Sin embargo, expertos advierten que un trasplante de cabeza en humanos sería altamente riesgoso y probablemente mortal, dado que implica cortar la médula espinal y enfrentar desafíos de integración entre el cerebro y el nuevo cuerpo.


Ante la incertidumbre y controversia que rodea al trasplante de cabeza, surgen alternativas innovadoras como mantener la cabeza viva en una máquina de circulación extracorpórea y utilizar implantes neuronales desarrollados por empresas como Neuralink, fundada por Elon Musk en 2016. Esta compañía se enfoca en interfaces cerebro-computadora con aplicaciones prometedoras en el tratamiento de enfermedades neurológicas y la mejora de las capacidades cognitivas.


Recientemente, Neuralink implantó un chip cerebral en un participante humano, Noland Arbaugh, de 30 años, quien quedó tetrapléjico en 2016 tras un accidente de buceo. A pesar de desafíos iniciales, Arbaugh asegura que el implante le ha permitido controlar un cursor de computadora con su cerebro, transformando su vida y abriendo nuevas posibilidades en la integración entre humanos y tecnología.


Si bien la idea de un trasplante de cabeza sigue siendo un tema de debate ético y científico, proyectos como BrainBridge y empresas como Neuralink están explorando nuevas fronteras en la conexión entre el cerebro humano y la tecnología. A medida que avances como la robótica, la inteligencia artificial y los implantes neuronales se vuelven más sofisticados, el futuro de la medicina y la neurociencia promete transformaciones sin precedentes, desafiando nuestras concepciones tradicionales sobre el cuerpo, la mente y la identidad.

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