Controversia en Australia por influencer que captura cría de wómbat salvaje

Controversia en Australia por influencer que captura cría de wómbat salvaje

'He aprendido de esta situación y lamento mucho la angustia que he causado', asegura la creadora de contenido.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 16.03.2025

La reciente controversia que ha surgido en Australia en torno a una influencer estadounidense, Sam Jones, ha generado un intenso debate sobre la interacción entre humanos y la vida silvestre. Todo comenzó cuando publicó un video en el que aparecía capturando a una cría de wómbat salvaje en plena noche, una acción que rápidamente desató la indignación de miles de australianos. En respuesta a la creciente ola de críticas, Jones decidió romper su silencio y ofrecer una disculpa pública, aunque su versión de los hechos ha suscitado aún más debate.


En su cuenta de Instagram, donde cuenta con cerca de 92.000 seguidores, Jones expresó: "He aprendido de esta situación y lamento mucho la angustia que he causado". Sin embargo, sus palabras parecieron insuficientes para calmar a aquellos que consideraron su comportamiento irresponsable y potencialmente dañino para el animal. La influencer, en su video, se mostraba sonriente mientras sostenía a la cría de wómbat, que emitía ruidos de malestar, una imagen que muchos interpretaron como una trivialización del bienestar animal.


La madre de la cría, que observaba a distancia el procedimiento, se convirtió en un símbolo de la angustia que muchos australianos sintieron al ver la escena. A pesar de que los wómbats no son una especie amenazada, estos marsupiales enfrentan serios problemas de salud debido a la propagación de la sarna. Esta situación ha llevado a que la interacción con esta especie y otras similares se maneje con especial cuidado, dado el delicado estado de su población.


El escándalo no solo se limitó a las redes sociales; incluso el Gobierno australiano se pronunció enérgicamente en contra de la acción de Jones, calificando su conducta como "horrible" e "indignante". La magnitud de la reacción ha llevado al departamento de Inmigración a revisar el visado de la influencer, lo que ha agregado un nivel adicional de tensión a la situación. Finalmente, Jones decidió abandonar Australia de manera voluntaria.


En su defensa, Jones explicó que, al observar a la madre y al bebé "inmóviles", sintió una preocupación por su seguridad ante el riesgo de ser atropellados. Afirmó que actuó con la intención de comprobar si la cría estaba herida o enferma y que, tras asegurarse de su estado, la devolvió a su madre. Aunque sus seguidores podrían interpretarlo como una acción heroica, muchos críticos la ven como un acto irresponsable que pone de manifiesto la falta de comprensión sobre la vida silvestre.


Los defensores de la fauna australiana han argumentado que la interacción con animales salvajes debe ser evitada en la medida de lo posible, y que la educación sobre su cuidado y conservación es fundamental. La ruptura en la relación de confianza entre los humanos y la vida silvestre es un tema recurrente en Australia, un país que alberga una increíble diversidad biológica y que, sin embargo, enfrenta desafíos significativos en la protección de sus especies autóctonas.


La controversia ha llevado a una discusión más amplia sobre la ética de las redes sociales en el contexto de la vida silvestre. ¿Es aceptable que los influencers utilicen animales salvajes como objetos de entretenimiento para ganar seguidores? La respuesta a esta pregunta no es sencilla y depende en gran medida de la perspectiva de cada individuo sobre la responsabilidad que tenemos hacia el mundo natural.


Jones, quien ha afirmado que ha recibido "miles de amenazas de muerte", también ha criticado lo que ella considera hipocresía por parte del Gobierno australiano. Recordó que, a pesar de la indignación por su comportamiento, el gobierno permite prácticas como la caza de caballos salvajes desde helicópteros, lo que plantea interrogantes sobre la coherencia de las políticas de conservación y protección animal en el país.


La Ley de Protección Ambiental y de Bioseguridad de 1999 establece que es ilegal dañar o capturar especies silvestres nativas en Australia, y las multas pueden ascender a 300.000 dólares australianos. Este marco legal refleja la seriedad con la que se toma la conservación de la fauna en Australia, y pone de relieve la necesidad de que incluso los ciudadanos y visitantes respeten estas normativas.


En última instancia, el incidente con Sam Jones resalta la importancia de la educación y el respeto hacia la vida silvestre. Es fundamental que se fomente una mayor conciencia sobre cómo nuestras acciones, incluso en busca de un momento viral, pueden tener un impacto duradero en el mundo natural que nos rodea. La lección aquí es clara: la admiración por la fauna debe ir acompañada de un profundo respeto por su bienestar y su hábitat.

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