Crisis en Bolivia: Protestas desatan enfrentamiento entre Arce y Morales

Crisis en Bolivia: Protestas desatan enfrentamiento entre Arce y Morales

Las carreteras que conectan La Paz con el resto del país están bloqueadas en una huelga indefinida. El gobierno acusa a Evo Morales de buscar un golpe para impulsar su candidatura

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 10 HORAS

El clima político en Bolivia se ha agudizado con un enfrentamiento abierto entre el presidente Luis Arce y Evo Morales, el exmandatario que lidera el Movimiento al Socialismo (MAS). Este lunes, los indígenas conocidos como los 'ponchos rojos' han desatado una ola de protestas en el altiplano, bloqueando carreteras y exigiendo la renuncia de Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca. La principal razón detrás de estas manifestaciones es la creciente crisis económica, marcada por la escasez de dólares y combustible, así como la percepción de que el gobierno actual fomenta la división entre las organizaciones sociales.


David Mamani, líder de los 'ponchos rojos', ha dejado claro que la movilización se extenderá hasta que se convoquen nuevas elecciones. La huelga indefinida refleja la frustración de un sector significativo de la población que siente que sus demandas no están siendo atendidas. Mientras tanto, las principales vías de comunicación que conectan La Paz con el resto del país se han convertido en escenarios de conflicto, con manifestantes levantando barricadas y fuego, mientras la policía intenta mediar para restablecer el orden.


En un intento por desestigmatizar las protestas, Arce dirigió un mensaje a la nación en el que acusó a Morales de estar detrás de una conspiración para desestabilizar su gobierno. Según el presidente, estas acciones podrían interpretarse como un intento de golpe de Estado. La tensión entre los dos líderes ha ido en aumento desde 2021, cuando se hicieron evidentes las grietas en el MAS y la lealtad de las bases comenzó a dividirse.


Por su parte, Morales no ha tardado en responder a las acusaciones. Asegura que las protestas son una manifestación genuina del descontento popular y no un movimiento para impulsar su propia candidatura en las elecciones de 2025. En su opinión, la incapacidad del gobierno de Arce para manejar la crisis económica ha dejado a los ciudadanos sin alternativas viables, lo que, según él, ha desencadenado el actual descontento.


El enfrentamiento entre Arce y Morales también se ha visto exacerbado por la lucha por el control del MAS. El congreso del partido, que tuvo lugar en 2022, se convirtió en un punto de inflexión al ratificar a Morales como su líder, lo que dejó a Arce y a Choquehuanca en una posición vulnerable. Este evento marcó un distanciamiento que ha crecido con el tiempo, y las diferencias han hecho que la unidad del partido se tambalee.


La Defensoría del Pueblo ha hecho un llamado a la calma, instando a ambas partes a contener la violencia y a buscar soluciones pacíficas. Sin embargo, la creciente polarización sugiere que el diálogo efectivo puede ser difícil de alcanzar. Los sectores sociales que apoyan tanto a Arce como a Morales han mostrado su disposición a movilizarse, lo que podría complicar aún más la situación si no se encuentra una salida negociada.


A medida que se intensifican las protestas, la situación económica y la falta de liderazgo claro dentro del MAS son preocupaciones que deben ser abordadas urgentemente. La falta de consenso dentro del partido ha llevado a la inestabilidad, y el gobierno de Arce se enfrenta al desafío de recuperar la confianza de sus bases mientras lidia con la oposición enérgica de Morales.


La incertidumbre política actual también plantea preguntas sobre el futuro de las próximas elecciones. La controversia en torno a la elegibilidad de Morales para postularse nuevamente ha generado un debate entre sus seguidores y detractores. Mientras que el gobierno sostiene que no puede presentarse, sus simpatizantes argumentan que tiene derecho a competir por el cargo.


En este contexto de descontento y división, la pregunta que muchos se hacen es si hay un camino hacia la reconciliación. La historia reciente de Bolivia ha demostrado que los conflictos políticos pueden tener consecuencias profundas y duraderas, y la ciudadanía espera que las figuras en el poder encuentren un terreno común antes de que la situación se agrave aún más. La capacidad de Arce y Morales para gestionar este desencuentro no solo determinará su futuro político, sino también la estabilidad del país en su conjunto.

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