
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




América Latina, con su vasta riqueza de bosques tropicales, enfrenta una crisis ambiental sin precedentes. Según el último análisis de la Universidad de Maryland y Global Forest Watch, la región ha visto un aumento alarmante del 80% en la pérdida de bosques tropicales primarios entre 2023 y 2024. Esta situación es particularmente preocupante en países como Brasil y Colombia, que han sido protagonistas en la lucha contra la deforestación, pero que ahora retroceden en sus avances.
Brasil, un gigante ambiental y poseedor de la mayor parte de la selva amazónica, ha registrado cifras inquietantes. En el último año, el país perdió 2,8 millones de hectáreas de bosque tropical primario, un número que se traduce en el nivel más alto de deforestación desde 2016. De acuerdo con Elizabeth Goldman, codirectora de Global Forest Watch, el 66% de esta pérdida se debe a incendios, lo que representa un aumento desmesurado del 560% en comparación con el año anterior. Este fenómeno ha sido impulsado en gran medida por condiciones climáticas extremas, que han desatado fuegos incontrolables en vastas extensiones de su territorio.
Paradójicamente, la misma semana en que se publicaron estos datos, otra iniciativa, MapBiomas, reportó una disminución del 32% en la deforestación total de Brasil. Esta contradicción resalta la complejidad del problema, ya que cada metodología mide distintos aspectos de la pérdida de bosques. Mientras que WRI se enfoca en la pérdida de bosques primarios, MapBiomas puede estar contabilizando otros tipos de deforestación que no necesariamente reflejan el daño irreversible que sufren estos ecosistemas vitales.
El cambio climático, combinado con la presión agrícola, ha llevado a Brasil a una encrucijada. A pesar de los esfuerzos del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva por revertir políticas prodeforestación, la sequía histórica y las altas temperaturas han exacerbado los incendios en la región. Este panorama desolador coloca a Brasil como el líder mundial en la pérdida de selva tropical primaria, representando el 42% del total a nivel global.
Sin embargo, Brasil no es el único país que enfrenta desafíos críticos. Bolivia, en un alarmante segundo lugar, ha visto un incremento del 200% en la pérdida de su bosque primario en el último año, con 1,5 millones de hectáreas arrasadas. Los incendios, impulsados por una sequía severa, han desatado una devastación que no solo afecta al medio ambiente, sino que también impacta la salud y los medios de vida de las comunidades locales. El gobierno boliviano, a pesar de las advertencias, ha continuado promoviendo la expansión agrícola, lo que agrava la situación.
Colombia, en el séptimo lugar del ranking de pérdida de bosques, ha experimentado un aumento del 50% en la deforestación de sus bosques tropicales primarios. A diferencia de Brasil, donde la principal causa son los incendios, en Colombia la ganadería, las plantaciones de palma aceitera y la inestabilidad política son los motores detrás de esta alarmante tendencia. La ruptura de las negociaciones de paz ha añadido una capa de complejidad, haciendo que la protección de los bosques sea aún más difícil.
El experto Joaquín Carrizosa, de WRI Colombia, advierte que el problema de la deforestación en el país es un síntoma de un problema más profundo. La falta de mecanismos preventivos frente a los incendios y la necesidad urgente de intervención en zonas críticas resaltan la fragilidad del ecosistema colombiano. Las regiones con alta biodiversidad y almacenamiento de carbono, como las que conectan la Amazonía con los Andes, son particularmente vulnerables y están en riesgo de colapso.
En este contexto, WRI también ha lanzado alertas sobre otros países de la región. Nicaragua y México han entrado en la lista de los diez países más afectados en términos de pérdida de bosque primario. En Nicaragua, el 78% de la pérdida ocurrió en la Reserva de la Biosfera de Bosawás, mientras que en México, los daños se han duplicado principalmente en los estados de Campeche y Quintana Roo.
Perú, aunque no figura en el top tres, ha experimentado un aumento del 135% en la devastación de sus bosques, lo que resalta que la crisis de los bosques tropicales no es exclusiva de ciertos países, sino un fenómeno que afecta a toda América Latina. La interconexión de estos ecosistemas y las amenazas que enfrentan requieren una respuesta regional coordinada y efectiva.
La crisis de los bosques tropicales primarios en América Latina es un llamado de atención para gobiernos, organizaciones y sociedades. La importancia de estos ecosistemas va más allá de su belleza natural; son esenciales para la regulación del clima, la conservación de la biodiversidad y el sustento de comunidades locales. La región no puede permitirse perder este invaluable patrimonio, y cada país debe asumir su responsabilidad en la protección y restauración de sus bosques.
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