Inquietante polarización sobre inmigración y violencia política en EE. UU.

Inquietante polarización sobre inmigración y violencia política en EE. UU.

El sondeo anual sobre los Valores Americanos muestra que tres de cada 10 republicanos apoyaría que los “patriotas” recurran a la violencia para “salvar el país”

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 8 HORAS

La reciente encuesta de Brookings y el Instituto de Investigación Pública de Religión ha desatado una ola de inquietudes en torno a las percepciones de los estadounidenses sobre la inmigración y la retórica política, en medio de un clima electoral cada vez más polarizado. Resulta alarmante que el 34% de la población comparta la opinión de Donald Trump de que los migrantes han "contaminado la sangre" de Estados Unidos, un concepto que evoca los peores excesos de la historia, específicamente aquellos asociados con regímenes totalitarios.


La investigación, que consulta a 5,000 ciudadanos y tiene un margen de error de 1.82 puntos, refleja un cambio notable en la percepción pública sobre los inmigrantes, mostrando que las opiniones extremas han comenzado a normalizarse. Robert P. Jones, presidente del PRRI, destaca que esta polarización asimétrica entre republicanos y demócratas es un fenómeno preocupante, con el 61% de los republicanos apoyando la afirmación de Trump. Este deslizamiento hacia la derecha en las actitudes hacia la inmigración no solo pone en duda el futuro de las políticas migratorias, sino que también revela una creciente hostilidad que podría tener repercusiones a largo plazo en la cohesión social.


Joy Reid, comentarista política, no escatimó en señalar la peligrosidad de tales afirmaciones, llamando la atención sobre un 23% de los encuestados judíos que también respaldan este tipo de discursos. "Esto debería asustar a todo el mundo", advirtió, subrayando el impacto que tales creencias pueden tener en la sociedad, especialmente cuando provienen de una figura política de alto perfil.


Los datos revelan una tendencia descorazonadora: la aceptación de los "dreamers", aquellos inmigrantes indocumentados que llegaron a EE. UU. siendo niños, ha caído por primera vez desde que se realizó esta pregunta en 2018. Solo el 52% de los encuestados apoya su legalización, una baja significativa respecto al 62% de hace seis años. Este cambio no es más que un reflejo del clima político actual, donde el apoyo a la construcción de muros fronterizos y el temor a la "sobrecarga" de los servicios sociales por parte de los inmigrantes son argumentos que resuenan cada vez más entre la ciudadanía.


Además, la encuesta también aborda la controvertida propuesta de deportaciones masivas que ha emergido en la campaña electoral. La división de opiniones es marcada, con un 47% a favor y un 50% en contra de arrestar y deportar a inmigrantes indocumentados, un hecho que pone de manifiesto la polarización de la opinión pública en torno a este tema. En este contexto, el respaldo a establecer campamentos militarizados para la detención de inmigrantes ha alcanzado cifras alarmantes, con un 79% de apoyo entre los republicanos.


No menos inquietante es la continuación del discurso sobre la violencia política, que ha encontrado un terreno fértil entre ciertos sectores de la población. La encuesta revela que un 18% de los estadounidenses cree que la violencia podría ser necesaria para "salvar" el país, con una notable diferencia entre republicanos y demócratas. Esta percepción de que la violencia puede ser una solución al conflicto político es un claro indicativo de la descomposición del diálogo civil en la política estadounidense.


La creencia entre los republicanos de que las elecciones de 2020 fueron "robadas" persiste, a pesar de los múltiples rechazos legales y la falta de evidencia sustancial que respalde tales afirmaciones. Esta narrativa ha sido alimentada por figuras políticas y medios de comunicación, creando una realidad alternativa en la que la violencia y la insurrección son vistas por algunos como formas legítimas de desobediencia.


La encuesta también destaca una inquietante percepción sobre la posibilidad de que Trump utilice su posición para instaurar un régimen autoritario. La división es casi equitativa entre la población general, pero la preocupación es abrumadora entre los demócratas, donde el 88% considera que esto es un peligro real. La influencia de los medios de comunicación, particularmente aquellos de inclinación conservadora, ha sido señalada como un factor que alimenta este clima de tensión y polarización.


Mientras tanto, A.B. Stoddard, columnista de The Bulwark, expresa su sorpresa ante la rapidez con que el país se ha desplazado hacia la derecha en temas migratorios. Este cambio no solo afecta a la política de inmigración, sino que también puede tener repercusiones en la salud democrática del país, poniendo en riesgo los valores de inclusión y diversidad que han sido pilares en la construcción de la identidad estadounidense.


El creciente apoyo a la violencia política, la desconfianza en el proceso electoral y la normalización de la retórica antiinmigrante son solo algunos de los síntomas de un país que enfrenta desafíos profundos en su convivencia. A medida que se acerca la campaña electoral de 2024, la sociedad estadounidense se encuentra en un cruce de caminos, donde la dirección que tome dependerá de la capacidad de sus líderes y ciudadanos para rechazar el extremismo y abrazar un futuro en el que el diálogo y el respeto sean la norma, no la excepción.

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