Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El derrumbe del edificio de 10 pisos en Villa Gesell ha conmocionado a la comunidad y ha dejado al menos un muerto, mientras que varios otros permanecen desaparecidos. La tragedia ocurrió en la madrugada del 29 de octubre, cuando el Hotel Dubrovnik colapsó en medio de lo que parece ser un caso de construcción ilegal. Las autoridades locales han confirmado que, en el momento del accidente, entre siete y nueve personas se encontraban en el interior del edificio, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre y angustia en la población. El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, brindó detalles sobre la situación durante una entrevista en la cadena Cadena 3. Según sus declaraciones, los equipos de rescate han logrado escuchar señales de vida provenientes de los escombros, lo que ha mantenido la esperanza de que más personas puedan ser rescatadas. Sin embargo, la situación es crítica, ya que se han identificado dos cuerpos, uno de un varón de 80 años y otro de una mujer de la misma edad, que podrían complicar las labores de rescate. Las circunstancias que rodean el derrumbe han suscitado una investigación sobre la obra que se estaba realizando en el edificio. Según el municipio, se trataba de trabajos clandestinos que no contaban con las autorizaciones necesarias. Este hecho ha abierto un delicado debate sobre la regulación de la construcción en áreas turísticas y la supervisión por parte de las autoridades locales. El intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, expresó su preocupación y aseguró que la estructura había sido paralizada en agosto debido a las irregularidades encontradas. El colapso se produjo en la parte trasera del edificio, lo que ha complicado aún más las tareas de rescate. Los equipos de emergencia han desplegado un operativo intensivo para llegar a las personas atrapadas. Hugo Piriz, jefe del operativo de rescate, indicó que están en contacto con una persona que parece estar viva, pero que se encuentra a una profundidad considerable de aproximadamente 4 a 5 metros. Este tipo de rescate requiere una cuidadosa planificación para evitar provocar un mayor derrumbe. La ciudad de Villa Gesell, conocida por sus playas y su turismo, se enfrenta a una crisis que trasciende lo inmediato. La comunidad está conmocionada y las familias de los desaparecidos viven en un limbo de angustia mientras esperan noticias de sus seres queridos. La inquietud y la desconfianza hacia la seguridad de las construcciones en la zona se han intensificado, lo que podría tener repercusiones en la imagen turística de la ciudad. La tragedia también ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar las políticas de construcción y el cumplimiento de las normativas existentes. Los ciudadanos exigen respuestas y que se tomen medidas para garantizar que un evento como este no vuelva a suceder. La construcción clandestina no solo pone en riesgo a los que la realizan, sino también a la comunidad en general. Mientras tanto, los esfuerzos de rescate continúan con la esperanza de salvar vidas. Los cuerpos de seguridad y emergencia han estado trabajando sin descanso, utilizando tecnología avanzada para detectar signos de vida. La llegada de equipos especializados ha sido crucial para poder navegar a través de los escombros y proporcionar la ayuda necesaria a quienes aún puedan estar atrapados. El colapso del Hotel Dubrovnik es un recordatorio doloroso de los peligros que puede acarrear la falta de regulación en el sector de la construcción. El dolor de la pérdida y el sufrimiento de los afectados resuenan en cada rincón de Villa Gesell, mientras los funcionarios, rescatistas y ciudadanos se unen en un esfuerzo por encontrar a los desaparecidos y rendir homenaje a quienes han perdido la vida. La comunidad se encuentra en un estado de alerta y reflexión. La situación no solo exige respuestas inmediatas sobre la seguridad en edificaciones, sino también un cambio de paradigma que priorice la vida de las personas sobre el interés económico. La reconstrucción de la confianza en las instituciones será un proceso largo, pero vital para la recuperación de la ciudad y de sus habitantes.