El vicepresidente de Estados Unidos rompe el trofeo de los campeones de fútbol americano y Trump lo aniquila con la mirada

El vicepresidente de Estados Unidos rompe el trofeo de los campeones de fútbol americano y Trump lo aniquila con la mirada

JD Vance vivió un momento incómodo durante los actos de celebración de los campeones de fútbol americano universitario

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Mundo 15.04.2025

La Casa Blanca se convirtió en un escenario digno de una comedia de enredos el pasado lunes, cuando el vicepresidente JD Vance causó revuelo al romper accidentalmente el trofeo de los campeones de fútbol americano universitario de Ohio State. La celebración, que debería haber sido un homenaje a la victoria del equipo sobre Notre Dame, se tornó en un episodio inesperado y cómico que dejó a todos los presentes sorprendidos.


El evento, que reunía a jugadores, entrenadores y funcionarios, parecía transcurrir sin contratiempos hasta que Vance, nativo de Ohio y ardiente aficionado de los Buckeyes, decidió posar con el trofeo en sus manos. En un instante, lo que debió ser una foto memorable se convirtió en un desastre, ya que el trofeo se desarmó de manera sorpresiva frente a todos. Los murmullos de incredulidad fueron seguidos de risas espontáneas entre los asistentes, quienes no podían creer lo que estaban presenciando.


La mirada de Donald Trump, que se había unido a la celebración como figura clave del evento, fue sin duda uno de los momentos más memorables. Con un gesto de incredulidad y desaprobación, el expresidente dirigió una mirada aniquiladora hacia Vance, que, a pesar de la situación, intentaba mantener su compostura. La tensión en el aire era palpable, contrastando con el ambiente festivo que había predominado hasta ese momento.


El vicepresidente, consciente de la gravedad del momento, actuó rápidamente. Con la ayuda de los jugadores del equipo, recogió la base del trofeo y la colocó nuevamente en su lugar, intentando mitigar el daño y restaurar el orden en medio de la confusión. Sin embargo, su intento de restablecer la solemnidad del evento no pudo evitar que las risas continuaran resonando en la sala.


Vance, en un intento por aliviar la situación, hizo una broma que irónicamente se convirtió en la frase más citada de la jornada. “No quería que nadie después de Ohio State se quedara con el trofeo, así que decidí romperlo”, declaró con una sonrisa, provocando una risa generalizada que ayudó a romper el hielo. Esta respuesta, cargada de humor, pareció ser la clave para desviar la atención de lo que había sido un momento potencialmente embarazoso.


Sin embargo, el incidente no solo dejó risas, sino que también avivó las conversaciones sobre la política y el deporte en el contexto de la administración actual. Vance, quien ha sido una figura controvertida en la política estadounidense, se encontraba en una situación donde su torpe error podría ser interpretado de múltiples maneras. Algunos críticos argumentan que este tipo de deslices pueden afectar la imagen del vicepresidente y su habilidad para manejar situaciones delicadas.


El evento concluyó con una mezcla de risas y una ligera tensión, destacando la peculiaridad de la política estadounidense, donde incluso un trofeo roto puede convertirse en un símbolo de la errática naturaleza de la vida pública. A medida que las redes sociales comenzaron a inundarse de memes y comentarios sobre el incidente, queda claro que la imagen de Vance junto al trofeo roto se quedará grabada en la memoria colectiva.


Este episodio también pone de relieve la relación entre el deporte y la política en Estados Unidos, donde las victorias deportivas a menudo se entrelazan con la narrativa política. La presencia de Trump en el evento, en particular, subraya cómo el fútbol americano es un terreno fértil para la interacción entre figuras públicas y la cultura popular.


Finalmente, aunque el trofeo de Ohio State no volvió a ser el mismo, el evento sirvió como un recordatorio de que, en la política, como en el deporte, la capacidad de reírse de uno mismo y de situaciones imprevistas puede ser tan valiosa como cualquier victoria en el campo. La Casa Blanca, al menos por un día, se convirtió en el escenario de una divertida anécdota que se sumará a la vasta colección de historias que rodean la complicada relación entre el deporte y la política en Estados Unidos.

Ver todo Lo último en El mundo