Terremoto de 7,7 en Myanmar y Tailandia causa 144 muertos y crisis humanitaria

Terremoto de 7,7 en Myanmar y Tailandia causa 144 muertos y crisis humanitaria

La cifra de víctimas es aún provisoria. Los equipos de emergencia de los dos países trabajan sin cesar en busca de sobrevivientes bajo los escombros. El sismo tuvo una intensidad de 7,7 grados y derrumbó edificios de todo tipo, desde rascacielos a casas de familia

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 28.03.2025

Un devastador terremoto de magnitud 7,7 sacudió el viernes Myanmar y partes de Tailandia, dejando un saldo trágico de al menos 144 muertos y más de 700 heridos, además de decenas de desaparecidos. La región, ya marcada por tensiones políticas y conflictos internos, enfrenta ahora una crisis humanitaria considerable, con la búsqueda de sobrevivientes aún en curso en medio de la oscuridad de la noche.


El seísmo, cuyo epicentro se localizó a 16 kilómetros de la ciudad de Sagaing y a una profundidad de 10 kilómetros, ha causado destrucción en áreas clave, incluyendo la capital administrativa de Myanmar, Naypyidaw. Las líneas de comunicación se han visto gravemente afectadas, dificultando la recopilación de información crucial sobre el alcance real de los daños.


El director del Comité Internacional de Rescate en Myanmar, Mohamed Riyas, advirtió que la situación es grave y que se requiere atención urgente. Según Riyas, “no hay que subestimar los daños a infraestructuras y viviendas, ni la pérdida de vidas y las lesiones sufridas por las comunidades afectadas”. La falta de acceso a información confiable se convierte en un obstáculo adicional, ya que el ejército de Myanmar ha sido conocido por cortar las comunicaciones en zonas de conflicto, lo que complica aún más las labores de rescate.


En Tailandia, el terremoto también dejó su huella. Tres personas perdieron la vida en un rascacielos en construcción que se derrumbó, atrapando a decenas de obreros en su interior. Hospitales en 17 provincias, incluida Bangkok, reportaron daños, lo que añade presión sobre un sistema de salud ya vulnerable en medio de la crisis.


En respuesta a la tragedia, el secretario general de la ONU, António Guterres, extendió sus condolencias a los gobiernos y pueblos de la región. “Mi corazón está con las personas afectadas por el terrible terremoto que azotó hoy zonas del sudeste asiático”, expresó Guterres, destacando que el sistema de Naciones Unidas en la región se está movilizando para brindar apoyo a los necesitados.


El papa Francisco también se pronunció sobre la situación, enviando un mensaje de cercanía y solidaridad a las naciones afectadas. Su mensaje, que fue enviado a través del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, incluyó oraciones por las almas de los difuntos y un reconocimiento de la devastación causada por el temblor.


Mientras tanto, las imágenes del desastre están comenzando a circular en las redes sociales, mostrando la magnitud de la destrucción. Una piscina en un hotel de lujo en Bangkok colapsó, derramando su contenido en la calle, un símbolo del caos que se desató durante el terremoto.


En medio de esta tragedia, organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional han instado a la junta militar de Myanmar a permitir el acceso sin trabas a la ayuda humanitaria. Joe Freeman, investigador de la organización, enfatizó que este desastre natural se suma a la crisis humanitaria existente, ya que más de tres millones de personas están desplazadas debido a los conflictos armados que han afectado a la región desde el golpe militar de 2021.


El panorama es desolador, y aunque los equipos de emergencia trabajan incansablemente para buscar sobrevivientes, las condiciones son difíciles y la falta de recursos y acceso a las zonas afectadas complican las operaciones. La comunidad internacional observa con preocupación, esperando que la ayuda llegue a quienes más la necesitan en este momento crítico.


El camino hacia la recuperación será largo y complicado, y se anticipa que las secuelas del terremoto se sentirán en Myanmar y Tailandia durante mucho tiempo. La solidaridad y la cooperación internacional serán fundamentales para ayudar a las comunidades a reconstruirse y sanar tras esta tragedia que ha dejado una huella imborrable en la región.

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